
Por otra parte, hay en marcha varias iniciativas sectoriales relacionadas con esta cuestión. Destacamos la referida a los Minerales de Conflicto (Presentes en todos nuestros teléfonos y aparatos digitales. El más conocido, el coltán). El pasado 16 de junio, las instituciones de la UE llegaron a un acuerdo sobre Minerales de conflicto “para parar la financiación de grupos armados a través del mercado de minerales de conflicto, después de negociaciones entre la Comisión, el Consejo y el Parlamento. Este marco tiene como objetivo que las empresas europeas se abastezcan de estaño, tantalio, volframio y oro de forma responsable. Estos minerales son típicamente usados en productos diarios tales como teléfonos móviles, coches o joyería”.
Sin embargo, según el Observatorio de RS, «las instituciones europeas se han rendido a las demandas de las grandes corporaciones al dejar fuera de la regulación a la mayoría de empresas europeas que comercializan minerales. La nueva regulación solo cubrirá a empresas que importen materias primas y las someterá a un chequeo básico. Además a aquellas empresas que se hayan adherido a marcos reconocidos, automáticamente se les presume que cumplen con la regulación y se les considerará como de “bajo riesgo” por parte de las autoridades encargadas. No obstante, un punto importante del acuerdo es que prevé una revisión sobre la efectividad de la norma después de transcurridos dos años de su aprobación».
Si es importante el seguimiento y control de las cadenas productivas, no menos importante es el seguimiento de las cadenas de inversión. De ahí la trascendencia de la Inversión Socialmente Responsable (ISR). El sector financiero es clave en todo el proceso de cambio global que debería darse en toda la economía, ya que es el encargado de medir riesgos y seleccionar proyectos, algo en lo que los estados y las instituciones globales y democráticas deberían tener un papel más contundente. Pero todo esto está prácticamente por desarrollar. Un ejemplo, el reciente informe de Banktrack sobre Derechos Humanos en sector financiero, Los Bancos fallan en centrar la gestión de riesgos en DD.HH en los titulares de derechos.
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