
Apple ha apostado este principio de año a fondo por los bonos verdes, procediendo en febrero a una emisión por valor de 1.500 millones de dólares (unos 1.350 millones de euros), la mayor emisión llevada de una compañía estadounidense en este tipo de productos cuyo volumen puede alcanzar los 100.000 millones de dólares en 2016.
Según Lisa Jackson, vicepresidente de medio ambiente de la empresa, el acuerdo de París fue el detonante para que Apple para lanzara su emisión. El bono verde tendrá de plazo hasta 2023 y tendrá un cupón semestral de 2,85% con una calificación de Aa1 por Moody’s. Goldman Sachs, Bank of America Merrill Lynch, Deutsche Bank y JP Morgan fueron las entidades que colocaron la emisión.
Los bonos verdes financiarán diversos proyectos en energías renovables, almacenamiento de energía y eficiencia energética de Apple y para impulsar los edificios verdes y la conservación de recursos.
Apple ha fijado varios criterios de elegibilidad para la selección de los proyectos: proyectos de energía renovable nuevos y en curso como iniciativas de energía solar y eólica o asociados con soluciones de almacenamiento; Iniciativas que cuenten con la certificación LEED Oro, Platino o BREEAM; Implementación de elementos de diseño medioambiental para construcciones de desarrollo nuevas o en curso como sistemas de altas prestaciones mecánicas, ventilación natural, energía renovable local y sistemas de iluminación de alto rendimiento; proyectos de eficiencia energética y tecnologías en las instalaciones corporativas; iniciativas de eficiencia hídrica y tecnologías en las instalaciones corporativas; proyectos de mejora del reciclaje, reutilización y recuperación de materiales y desvío de residuos a vertederos para los productos e instalaciones de Apple, entre otras.
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