
Con la crisis se ha producido una reducción de las horas extras trabajadas, reducción que ha sido mayor que la destrucción de empleo. Y al mismo tiempo, la mayor parte de las horas extras ha pasado de estar pagadas a dejar de estarlo, esto es, a no recibirse ningún tipo de compensación económica ni compensación horaria por su realización.
Entre 2008 y 2015 la reducción de las horas extras se ha concentrado casi en exclusiva en las horas extra pagadas, mientras que las horas extra no pagadas apenas habrían disminuido en términos absolutos. Es decir, se han precarizado las condiciones de trabajo de aquellos que mantenían su empleo o accedían a uno nuevo.
Esta es una de las conclusiones del análisis realizado por Luis Zarapuz Puertas, del Gabinete Económico Confederal de Comisiones Obreras.
Caída de las horas extras pagadas
En 2008, al inicio de la crisis, trabajaban en España 16,9 millones de asalariados, que hacían 9,4 millones de horas extras a la semana: 5,7 millones de horas pagadas (el 61%) y 3,7 millones de horas no pagadas (el 39%). Durante la recesión, especialmente en 2009, 2010, y 2012, se produjo un drástico descenso de las horas extras realizadas: una bajada del 45% entre el máximo de 2008 (9,4 millones de horas) y el mínimo de 2012 (5,2 millones).
A partir de ese mínimo las horas extra han vuelto a repuntar, bastante antes de que lo hiciera el empleo. En 2015, con 14,8 millones de asalariados (un -12% y 2,1 millones menos que en 2008) las horas extra trabajadas se han situado en 6,3 millones a la semana (un 33% menos que en 2008): ahora la mayoría son no pagadas (3,5 millones, el 56%) y la minoría pagadas (2,8 millones, el 44%). Las horas extra pagadas se desplomaron al comienzo de la crisis, bajando un 59%, de 5,7 millones de horas semanales (2008) a 2,3 millones en 2012.
Desde entonces las horas extra pagadas han repuntado hasta 2,8 millones de horas semanales en 2015, apenas la mitad de las que se pagaban antes de la crisis.
El volumen de horas extras no pagadas empezó a repuntar en 2011, a pesar de que se seguía destruyendo empleo asalariado, y ha recuperado su nivel previo a la crisis: en 2015 el número de horas extras no pagadas (3,5 millones) es muy similar al de 2008, a pesar de que ahora hay 2,1 millones menos de asalariados. La evolución de las horas extra no pagadas muestra un aumento de la explotación laboral durante la crisis, que se ha consolidado en el inicio de la recuperación económica.
Otra de las conclusiones del informe es la existencia de una dualidad de situaciones laborales: hay trabajadores/as que solo realizan horas extras pagadas (de los 728.000 asalariados que realizaron horas extras en el cuarto trimestre de 2015, el 41% solo hizo horas extras pagadas) y otros/as que solo realizan horas extras no pagadas, (un 48% aproximadamente) pero apenas hay trabajadores/as en ambas situaciones.
Este ajuste de las horas extra pagadas pero no así de las horas extras no pagadas, explicaría parte de la mejora de la productividad por trabajador y de la devaluación salarial del factor trabajo.
Imagen : Martin Bochhaus, flirck
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