
Francia introdujo el Impuesto a las Transacciones Financieras (ITF) en 2013, como una tasa del 0,2% en la compra de acciones, aplicable a un centenar de las mayores empresas francesas, aquellas con una capitalización de mercado de más de mil millones €.
El pasado 7 de octubre, y durante el examen del proyecto de presupuesto para 2016, los diputados franceses en el Comité de Finanzas de la Asamblea Nacional aprobaron una enmienda para ampliar el alcance de la ITF a las operaciones comerciales especulativas, esto es, las operaciones que consisten en la compra y venta de valores en el mismo día, que representan alrededor del 40% de todas las transacciones financieras.
El objetivo de la enmienda, presentada por el parlamentario socialista Pascal Cherki, es «elevar aún más los ingresos fiscales, en particular con el fin de aumentar las finanzas para los esfuerzos de solidaridad internacional y la lucha contra el cambio climático». En 2014, se asignaron 140 millones de € de la ITF (de un total de ingresos de 700 millones de €) al presupuesto de desarrollo de Francia, sin embargo, las previsiones en el presupuesto de 2016, eran que la ayuda al desarrollo oficial francés (AOD) descendiera un 6%, un total de 170 millones de €. Desde 2012, Francia ha reducido su presupuesto de ayuda al desarrollo en 500 millones de €.
Francia ingresó alrededor de 700 millones de € en el Impuesto a las Transacciones Financieras en 2015, previéndose unos ingresos de 932,7 millones € para 2016. La reforma planteada ahora con la incorporación a la base imponible del ITF de estas operaciones, podría recaudar un extra de € 1.000 millones al año, según el Ministerio de Finanzas francés.
La brecha entre las promesas de Francia y las realidades de su presupuesto impulsó los diputados de todos los partidos en el Comité de Finanzas a apoyar la enmienda a la ITF. Antes de ser aprobado como ley, la enmienda tendrá que pasar por el Pleno.
A nivel europeo, desde 2011, 11 estados miembros de la Unión Europea, como Francia, han estado discutiendo la implementación de un Impuesto a las Transacciones Financieras (Francia, Alemania, Austria, Bélgica, España, Estonia, Grecia, Italia, Portugal, Eslovaquia y Eslovenia). Originalmente planeado para su lanzamiento en 2015, el ITF europeo ha sufrido numerosos reveses, en particular en las negociaciones sobre la base imponible. Los ministros de Finanzas de la UE tratarán de llegar a un acuerdo cuando se reúnan de nuevo en noviembre.
En septiembre de 2011, la Comisión publicó una propuesta detallada de un impuesto sobre las transacciones financieras. Durante cuatro años los estados miembros de la UE han sido incapaces de llegar a un acuerdo sobre cómo se debe implementar este nuevo impuesto.
Según la propuesta inicial, el ITF se aplicaría a todas las transacciones financieras, con excepción de los préstamos del mercado primario y bancario. Las transacciones sobre acciones y bonos serían gravados en el 0,1%, y los productos derivados en 0.01%. El ITF afectaría a aquellas entidades que tengan su sede social en la UE.
Ante la parálisis de las negociaciones, se puso en marcha un mecanismo de «cooperación reforzada», que permitirá avanzar en temas de interés común, al menos con el consenso de 9 Estados miembros.
Para Cristiano Reboul, de Oxfam Francia, «los diputados de todos los partidos han enviado al Gobierno un fuerte mensaje al demostrar su voluntad de liberar más fondos para la ayuda al desarrollo y el clima, mientras que la lucha contra las operaciones financieras más especulativas […]. Este impuesto sería un verdadero ejemplo para otros países europeos en un momento en que las negociaciones sobre un ITF Europea se encuentran en un callejón sin salida «.
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