
Se ha adoptado el texto técnico del acuerdo para su discusión por los ministros de los 195 países reunidos en la Cumbre de París. Los principales puntos de desencuentro lo constituyen la financiación para los países en desarrollo y la vinculación jurídica del pacto. En el fondo de ambas cuestiones planea el concepto de diferenciación, que hace referencia a que los países desarrollados, responsables de haber iniciado el calentamiento global con sus emisiones durante décadas, deben asumir más responsabilidades que los Estados en vías de desarrollo.
Respecto al grado de vinculación jurídica, EE UU ha manifestado que no quiere ratificar un texto en el que se le obligue internacionalmente a recortar sus emisiones. Para este pacto de París se ha optado por la fórmula de las contribuciones nacionales. 185 países de los 195 participantes en las negociaciones han presentado antes de la cumbre planes para reducir sus emisiones entre 2020 y 2030.
Para Valvanera Ulargui, directora de la Oficina Española de Cambio Climático «todas las opciones políticas están sobre la mesa», incluso aunque el texto se encabeza con el término «acuerdo», aún no hay consenso sobre si será un tratado, un protocolo o un acuerdo.
Para Greenpeace España, el acuerdo final debería contener tres puntos mínimos:
1. El acuerdo sobre el clima de París debe indicar con claridad que la era de los combustibles fósiles ha acabado. Los gobiernos deben consolidar la dirección hacia las energías renovables que el mundo ya está haciendo, y establecer claramente que los combustibles fósiles deben ser eliminados por completo en 2050.
2. El acuerdo sobre el clima en París debe incluir mejorar continuamente, y pronto, la acción climática de cada país. los compromisos de los gobiernos no son lo suficientemente ambiciosos por lo que pueden llevarnos a un escenario todavía más peligroso del previsto (entre 2,7 y 3,7 ºC más caliente que en la época preindustrial). Por ello, los objetivos deben ser incrementados antes de que el acuerdo de París entre en vigor en 2020. Y los gobiernos tienen que revisar y mejorar sus acciones cada cinco años después de que el acuerdo de París entre en vigor en 2020.
3. El acuerdo de París debe ser globalmente solidario y asegurar que quien contamine pague los daños que causa. Greenpeace apoya que el «mecanismo de pérdidas y daños» quede inscrito en el marco del Acuerdo de París, para ayudar a apoyar a los más vulnerables.
Las negociaciones se retomarán el domingo por la tarde para intentar concluirlas en viernes 11.
Puedes acceder al texto aquí
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