
El pasado de diciembre, Green Building Council España presentó el Informe País GBCe 2021, el primer documento abierto que analiza el estado actual del sector de la edificación y sus avances en la transformación hacia un modelo sostenible, de una manera objetiva y con propuestas para el futuro. El informe se ha convertido en un documento de diagnóstico y de propuesta para paliar la falta de demanda de un modelo sostenible en el sector de la edificación en España. Bruno Sauer, director general de GBCe, ha señalado que “el Informe País es la columna vertebral para trabajar los próximos ocho o diez años. Su propósito es acelerar la transformación del sector en España hacia un modelo sostenible”.
Green Building Council España GBCe es una asociación sin ánimo de lucro que trabaja para promover la sostenibilidad en la edificación, desarrollar una metodología de apoyo al diseño y evaluación de edificios y barrios y realizar labores de certificación a través de la herramienta VERDE. La asociación es uno de los referentes para la edificación sostenible en España y tiene vocación de representar los intereses de todas las empresas, asociaciones, entidades o particulares que edifican y rehabilitan con criterios de sostenibilidad y eficiencia energética.
Helena Ancos, Directora de Agora, entrevista a Bruno Sauer, desde 2015 Director General de GBCe. Sauer, arquitecto por la Escuela de Arquitectura de Amberes (Bélgica), continuó su formación en el campo de urbanismo y de arquitectura en la Universidad Politécnica de Barcelona. Fundador junto con Miguel Arraiz, de Bipolaire Arquitectos en el año 2000, actualmente es socio principal y único de la firma, enfocada exclusivamente en la edificación y el urbanismo sostenible, participando en proyectos de innovación internacionales. Ha sido docente en varias universidades y es autor de varias publicaciones y libros, todos en el ámbito de la construcción sostenible.
Bruno, ¿Cuáles son las principales palancas de la edificación sostenible? ¿los materiales, el diseño, la eficiencia energética?
Para llegar a una realidad donde la edificación sea en su mayor medida sostenible, tenemos que activar varias palancas a la vez para conseguir que la gente demande una vivienda sostenible, es decir, una vivienda más saludable, más eficiente, una vivienda que mantenga su valor en el tiempo, que sea adaptable y asequible. Para conseguir eso, tenemos que crear una cultura donde algo sostenible sea algo “normal”, donde la sostenibilidad se haya convertido en el estándar. Para crear esa cultura, tenemos que trabajar mucho en la comunicación, la capacitación, la innovación, la financiación y la regulación. Son las cinco palancas que van a facilitar el cambio.
Hay un tema más en el que tenemos que incidir para acelerar los impactos de esas cinco palancas: hay que medir los avances. Tenemos que ser capaces de cuantificar cuánto mejor lo hacemos ahora respecto a ayer para motivar a la gente, para mostrar que un mundo mejor realmente es posible.
En otros sectores, el impulso hacia la sostenibilidad ha venido de la mano de la normativa y la regulación. En el sector de la construcción ¿cuánto ha habido de iniciativa propia y cuánto de presión regulatoria?
Siempre vamos a tener una parte de la sociedad que va a necesitar el palo de la obligación para ponerse en marcha. La regulación tiene dos objetivos: definir un marco de reglas, qué se puede hacer y qué no, y definir valores mínimos para cada regla. En la medida en que el mundo reglamentario incrementa las exigencias de esos mínimos, la gente va a aceptar que el modelo cambia. Pero hay una parte de la sociedad que no necesita la normativa para hacer las cosas bien. Y esa parte de la sociedad puede ir aumentando a través de la capacitación, la formación, la educación.
El sector de la construcción es un sector muy estático, muy difícil de transformar, con poca actividad de innovación. En ese tipo de sectores económicos, la normativa es a veces la única manera de cambiar las cosas. A pesar de la lentitud del mundo regulatorio para introducir cambios, es un instrumento muy importante en nuestro sector dado que los cambios que puede conseguir son duraderos en el tiempo y difíciles de retroceder.
Uno de los temas que está abriéndose paso en las construcciones sostenibles, pero donde aún queda mucho por hacer, es el de la accesibilidad. ¿Cómo vislumbran el futuro y la implementación de la accesibilidad en las infraestructuras?
La accesibilidad es uno de los aspectos más importantes en el ámbito social de la sostenibilidad. Adaptar un modelo de crear ciudad, de construir hábitat pensando en personas que tienen más dificultades en simplemente acceder, no debería ser un reto o algo extra, sino la base de un buen diseño. La normativa ha ayudado mucho en resolver gran parte de este problema, pero, como siempre, cuando se regula una necesidad, se convierte en algo obligatorio y eso provoca una reacción de “buscar las trampas para incumplir la ley”. Sería mucho más potente y duradero poder garantizar la accesibilidad a través de la educación, la cultura, la consideración de que la accesibilidad es para todo el mundo el primer requisito para poder disfrutar de una edificación sostenible.
Junto a la eficiencia energética, ¿qué otros estándares de medición se están utilizando en las edificaciones sostenibles?
Aunque la eficiencia energética sigue siendo una referencia para la sostenibilidad, cada vez será menos. La mirada de Europa se ha orientado a la huella de carbono, es decir, a medir cuánto carbono está vinculado con el consumo energético, tanto en la fase de fabricación de los materiales y la construcción, como en el uso de los edificios acabados. Europa ha definido un nuevo marco para medir la sostenibilidad con varios indicadores: la mitigación del cambio climático o, en otras palabras, la huella de carbono; la adaptación al cambio climático, o mejor dicho, la capacidad de responder a un clima diferente en el futuro ya sea por calor, frío, lluvia o viento; la gestión del agua; garantizar confort y salud; la economía circular; el coste de construir y mantener un edificio; los ecosistemas y la calidad del aire.
El sector de la construcción está viviendo un gran déficit de mano de obra. ¿Habrá cambios en este aspecto derivados de la incorporación de criterios de sostenibilidad en el sector? ¿Se cubrirán las plazas para las construcciones «verdes»? ¿Está formándose a personal especializado?
Uno de los mayores problemas actuales y para el futuro próximo para poder garantizar un cambio necesario en el sector es la falta de capacitación y de mano de obra cualificada. Un edificio es el resultado del trabajo de mucha gente, una cadena de valor muy compleja, y como sabemos, la cadena es tan fuerte como su eslabón más débil, si no mantenemos a todo el mundo con el mismo grado de conocimiento y actitud, perderemos calidad por culpa de una parte pequeña de la cadena.
Si la sostenibilidad fuera capaz de generar la necesidad de innovar en el sector, quizás eso podría ser un estímulo para la gente de joven de orientar su futuro hacia nuestro sector. La palanca de la innovación podría activar la palanca de la formación y garantizar un incremento de calidad.
Finalmente, una de las demandas de la sociedad civil ha sido siempre la asequibilidad de las viviendas. En un contexto donde se está produciendo un alza de alquileres, la gentrificación de las ciudades, y previsiblemente mayores costes de la vivienda sostenible. ¿cómo se puede conciliar asequibilidad con sostenibilidad?
Es un mito que una vivienda sostenible sea más cara que una vivienda no sostenible. Si consideramos la sostenibilidad como un conjunto de “aditivos”, de “extras”, pues entonces sí, será más cara. Pero colocar las ventanas en su sitio adecuado para poder ventilar bien una vivienda no debería ser más caro que colocarlas mal. O pensar en la eliminación de escaleras innecesarias, no debería ser más caro que hacer un diseño complejo con muchos desniveles. Pensar en una optimización de las instalaciones de agua en vez de colocar los baños en sitios aleatorios, no debería de ser más caro. Es decir, pensar antes de actuar no es caro. Por eso, si se incluyen los criterios de la sostenibilidad desde el primer momento de diseño en el proyecto, una vivienda sostenible tendrá el mismo grado de asequibilidad que cualquier otra vivienda. Incluso debería ser más barata, porque un proyecto que piensa en reducir los impactos tiene menos despilfarro de materiales, se construye más rápido y con unas instalaciones óptimas.
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