
¿Qué hay detrás de las prendas que adquirimos?
Lo cierto es que detrás de algunas de las grandes multinacionales textiles se encuentran pequeños talleres y empresas del Tercer Mundo a los que, en muchas ocasiones, ni siquiera llegan a conocer, abaratando costes y eximiéndose de toda responsabilidad.
Según la Organización Mundial del Trabajo (OIT), en 2013 había más de 168 millones de niños trabajando con jornadas laborales que pueden prolongarse hasta 16 horas al día, durante seis días a la semana -en el mejor de los casos-, a cambio de un salario que oscila entre entre los 9 y 13 céntimos la hora en condiciones infrahumanas.
Desconocemos el precio real de las prendas que vestimos pero para promover el consumo sostenible es necesario un etiquetado que otorgue visibilidad a los métodos de producción de la industria.
El sector de la moda es uno de los máximos responsables de estas malas prácticas. Para combatir estas prácticas nace Child Labor Free, una organización sin ánimo de lucro que nace con el objetivo de crear un etiquetado que acredite a las empresas que no han utilizado mano de obra infantil en los procesos de su cadena de producción.
Con este sello, la organización busca una mayor transparencia y el compromiso de las firmas con los estándares éticos para poder asegurar que su negocio está libre de trabajo infantil, siempre después de someterse a una auditoría independiente a cargo de la consultora Ernst & Young.
“De la misma manera que buscamos el sello ‘cruelty free’ en los productos de belleza y buscamos productos ‘orgánicos ‘ en nuestros supermercados, creemos que ‘Libre de trabajo infantil’ necesita convertirse en un estándar reconocido a nivel mundial”, afirma la directora general y fundadora de Child Labor Free Michelle Pratt.
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