
O LA RESPONSABILIDAD DE LAS GRANDES EMPRESAS ENERGETICAS E INDUSTRIALES DE ESPAÑA EN EL CAMBIO CLIMATICO
Unos días antes del inicio de la trascendental #COP23, o Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, el Observatorio de la Sosteniblidad (OS) publicó un informe donde se detallan las EMISIONES DE GASES DE EFECTO INVERNADERO DE GRANDES EMPRESAS EN 2016 EN ESPAÑA.
El trabajo es una radiografía del sector industrial y energético en relación a las emisiones del año 2016 y respecto a la evolución entre 2005 y 2016. En estos datos se observan las responsabilidades diferenciadas de estas empresas respecto al cambio climático. Algunos de los principales resultados son los siguientes:
- Las emisiones de los sectores fijos se concentran en un núcleo de 10 empresas que llegan a emitir el 66,6% del total emitido de CO2 de las fuentes fijas incluidas en el Registro Nacional de Emisiones (RENADE), o lo que es lo mismo, 86,2 millones de toneladas. Endesa 28,7 M ton (23,2%), Gas Natural Fenosa 11,6 M ton (9,4%), Repsol 10,7 M ton (8,7%), EDP 7,5 M ton (6,1%), Arcelormittal 6 M ton (4,9%), Cepsa 4,9 M ton (4,0%), Iberdrola 3,9 M ton (3,2%), Viesgo 3,5 M ton (2,9%), Cementos Portland 2.8 M ton (2,3%) y Cemex 2.4 M ton (2,0%). Las emisiones fijas representan el 37,5% del total de las emisiones del país.
- Estas 10 empresas emiten el 25% de todo lo emitido en el país, y las 20 primeras mayores suponen el 30%. Tan solo una empresa, ENDESA emite casi el 9% (8,7%) de todas las emisiones del país y concentra la cuarta parte de todo lo emitido por los sectores fijos. En el ranking de los grandes emisores le siguen Gas Natural Fenosa y Repsol, lo que viene a suponer más de un 3 % aproximado cada una del total emitido en el país. Las cinco grandes empresas energéticas suponen un 44% de las emisiones fijas y un 16% del total de las emisiones del país.
- El carbón supone 36 millones de toneladas equivalentes de CO2, correspondiendo 10 M de toneladas a la generación de ciclos combinados y otros 10 a la generación extrapeninsular.
- Se observa que la cotización del precio de la tonelada de carbón emitida, es decir, el precio por emitir CO2, sigue muy baja con precios en torno a los 4,6 euros (media 2017), precio muy inferior al del momento de inicio del mercado de carbono (del orden de 25 euros/tonelada), y que los instrumentos de mercado no han servido para reducir las emisiones. Si bien en septiembre y octubre se ha visto un aumento hasta los 7 euros.
- Si bien el año 2015, que coincidió con las firma del Acuerdo de Paris de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, supuso un repunte del 3,3% de las emisiones, en el año 2016 se produjo una reducción de las mismas de un 3%. Las estimaciones del 2017 apuntan a que, otra vez, han vuelto a aumentar fuertemente las emisiones de las empresas energéticas, entre otras razones por la sequía. Finalmente señalar que las previsiones de las emisiones de CO2 totales respecto al año 2016 realizadas por José Santamarta del OS en febrero se ajustaron con un 1% de error a las posteriormente publicadas por el MAPAMA.
Los datos utilizados son los oficiales y proceden del Registro Nacional de Emisiones (RENADE). La asignación de las instalaciones a las empresas se ha realizado mediante consulta del Registro Mercantil. Existen más emisiones de estas empresas que no están aquí cuantificadas, por lo que la valoración se puede calificar como una asignación conservadora. El cambio climático, cada vez más, implica un serie de riesgos financieros para las empresas que más emiten, tanto respecto a inversores institucionales como respecto a otros inversores, fondos de inversión, compañías aseguradoras y agendas de calificación crediticia.
Además de los riesgos reputacionales existen riesgos asociados al cambio climático que exigen compensaciones, que se suman a los costes transicionales, derivados del proceso de ajuste hacia una economía baja en carbono.
A partir de estos datos se pueden determinar “responsabilidades diferenciadas“ de estas empresas que deberían responderse con proyectos de adaptación al cambio climático financiados por las mismas, tanto a escala regional, dónde se sitúan físicamente las plantas, como a escala nacional, para que de esta forma estas empresas devuelvan a la sociedad el coste socioeconómico de los impactos generados.
En la medida en que se detecta una mayor sensibilidad de ciudadanos, inversores y clientes respecto al cambio climático es razonable esperar un mayor compromiso en la reducción de las emisiones de las grandes empresas para que no se erosionen activos intangibles como el valor de las marcas y, por ende, las posiciones competitivas.
La agenda internacional avanza hacia la descarbonización de la economía a través de los acuerdos firmados en diferentes cumbres internacionales (Kioto, París, Marrakech y, previsiblemente, ahora en Bonn…). Sería procedente que las grandes empresas españolas asumieran el reto del cambio climático. No asumirlo será más costoso para todos.
El informe se encuentra en Observatorio Sosteniblidad previo registro www.observatoriosostenibilidad.com
@iSostenibilidad
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