
Tras la crisis iniciada en el año 2008, aún vigente en nuestros días, el actual modelo económico ha evidenciado notables debilidades que afectan en último término a la vida de las personas. Son muchos quienes, al considerar que el sistema económico es injusto y favorece a los ricos, desearían ver un nuevo orden económico.
La economía del bien común (EBC) propone un nuevo modelo económico sostenible sobre la base de valores esenciales como la solidaridad, la dignidad humana, la justicia social, la sostenibilidad medioambiental, la transparencia y la participación democrática. Este modelo, ideado a finales de 2011 por el profesor austríaco Christian Felber, ha seguido construyéndose de manera conjunta mediante un proceso de participación ciudadana y, en menos de cuatro años, ya está presente en la mayoría de los países de la Unión, contando con el respaldo y apoyo de todos los sectores de la sociedad.
La Economía del Bien Común se presenta como un modelo práctico cuyo fomento y promoción por parte de la Comisión Europea puede contribuir a la transición hacia una economía inteligente e inclusiva capaz de generar efectos reales sobre el terreno y recuperar la confianza de los actores del mercado en el sistema, con el fin último de reforzar la cohesión económica y social en Europa.
El Comité Económico y Social Europeo (CESE) está examinando los méritos y la aplicabilidad de la Economía del Bien Común (ECG) como un nuevo modelo económico sostenible basado en valores fundamentales como la solidaridad, la dignidad humana, la justicia social, la sostenibilidad ambiental, la transparencia y la participación democrática. El CESE quiere analizar estas propuestas en términos de lograr un crecimiento sostenible y la creación de empleos de alta calidad en la Unión Europea.
De ahí que a finales de Julio de 2015, el principal impulsor del proyecto económico Economía del Bien Común (EBC), Christian Felber, y el miembro español y consultor político, Diego Isabel La Moneda, tuvieron la oportunidad de presentar en el Parlamento Europeo su documento declaratorio bajo el título de “Economía del Bien Común: ¿Cambiando la forma en que las empresas y la economía funciona?”.
La propuesta presenta a la Economía del Bien Común (EBC) como un modelo holístico que sirve de paraguas para canalizar las propuestas de otros modelos de nueva economía como la economía solidaria, la economía colaborativa, la economía circular, el cooperativismo, las empresas sociales o la economía azul.
El documento también propone la transformación del mercado económico europeo en un «Mercado Ético Europeo» en el que las políticas y estrategias públicas favorezcan aquellas actividades que contribuyan al bienestar de la ciudadanía y al bien común frente a aquellas que no aportan ningún valor o que incluso van en contra de los valores europeos y del bien común. De este modo, afirman que se creará empleo de calidad y Europa volverá a ser vista por el resto del mundo como el ejemplo a seguir en cuanto a protección del medio ambiente y derechos sociales.
Entre las propuestas específicas presentadas destacan las siguientes:
– Medición de la contribución al bien común de las empresas mediante el denominado «Balance del Bien Común».
– Etiquetado Ético: Identificar en los productos su «huella ecológica» y su «huella social»
– Compra pública ética: Favorecer a las empresas con mayor contribución al bien común en los procedimientos de compra pública.
– Mercado ético interno en la Unión Europea: Favorecer a las empresas que contribuyen al bien común mediante las políticas fiscales, el apoyo a la innovación social y las estrategias de promoción.
– Consumo ético. Políticas y estrategias públicas orientadas al fomento del consumo ético y responsable por parte de los consumidores. Mejorar la información ofrecida mediante el etiquetado ético y fomentar el consumo responsable mediante las políticas fiscales así como por medio de acciones educativas y de divulgación.
– Emprendimiento por el bien común. Orientar todas las políticas de apoyo a los emprendedores mediante la filosofía del bien común. De este modo se logrará que los nuevos emprendedores europeos contribuyan aporten valor social con sus actividades y contribuyan a la cohesión social.
– Banca Ética y creación de una red de banca ética europea.
– Bolsa del Bien Común. Creación de un mercado de valores en el que solo se incluyan aquellas empresas que demuestren su contribución al bien común, fomentando y facilitando de este modo la inversión ética.
La Economía del Bien común pretende llevar sus propuestas a todas aquellas regiones y ciudades que quieran liderar la transición hacia una nueva economía orientada hacia las personas.
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