
Representantes de ciudades, estados y compañías estadounidenses se están preparando para presentar un plan a las Naciones Unidas por el que se comprometen a cumplir los objetivos de emisiones de gases de efecto invernadero de los Estados Unidos según el acuerdo climático de París, a pesar de la decisión del presidente Trump de retirarse del acuerdo.
El grupo todavía sin nombre, que hasta el momento incluye a 30 alcaldes, tres gobernadores, más de 80 presidentes de Universidades y más de 100 empresas, está negociando con las Naciones Unidas para que sus propuestas sean aceptadas junto con otras contribuciones al acuerdo climático de París.
«Vamos a hacer todo lo que América hubiera hecho si hubiera mantenido su compromiso«, según Michael Bloomberg, ex alcalde de la ciudad de Nueva York que coordina esta iniciativa.
No está claro cómo se llevará a cabo esta petición a las Naciones Unidas puesto que actualmente no existe un mecanismo formal para que las entidades que no sean países sean partes integrales en el acuerdo de París.
Para Christiana Figueres, secretaria ejecutiva de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático hasta el año pasado, la propuesta del grupo de Bloomberg podría incluirse en futuros informes de las Naciones Unidas sobre los progresos realizados por los signatarios del acuerdo de París.
Pero más allá de su adopción formal, esta propuesta paralela indicaría que el liderazgo en la lucha contra el cambio climático en los Estados Unidos ha pasado del gobierno federal a niveles más bajos del gobierno, la academia y la industria.
Entre los Estados líderes contra la salida del acuerdo se encuentran Washington, Nueva York y California, todos demócratas.
Especialmente activas han sido las ciudades. Un caso especial es el del alcade republicano de Abita Springs, Reg Lemons, quien tras oponerse vivamente a un proyecto de fracking en su ciudad, se convenció sobre las posibilidades económicas y ambientales de la energia verde. Formó un comité para investigar y desarrollar planes de energía renovable para la ciudad; comenzó a reemplazar todas las bombillas de la ciudad con alternativas de bajo consumo energétic; inició conversaciones con proveedores locales de electricidad, con la esperanza de obtener luces de calle con energía solar, instalar paneles solares en edificios municipales. Él mismo incluso diseñó un plan para traer estaciones de recarga de vehículos eléctricos a Abita Springs. Y en marzo de este año, el alcalde Lemons se unió a la campaña Ready for 100 de Sierra Club, anunciando que su ciudad se esforzará por funcionar con 100 por ciento de energía renovable para el 2030.
Otro ejemplo es el de Greensburg, Kansas, una pequeña ciudad de 700 personas que fue casi borrada del mapa por un tornado en 2007. Cinco años más tarde, Greensburg empezó a obtener parte de su electricidad de fuentes solares y geotérmicas, así como de un parque eólico de 12,5 megavatios fuera de la ciudad.
Del mismo modo Georgetown en Tejas, ha comenzado su transición a las energías renovables en 2010, cuando los estudiantes de la Universidad del Suroeste, con sede en la localidad, convencieron a los funcionarios de que trabajaran con la empresa estatal Georgetown Utility Systems para obtener todas las necesidades eléctricas del campus de fuentes eólicas y solares.
Al ver la estabilidad presupuestaria que ofrecen los contratos de energía renovable a una tasa fija a largo plazo, la ciudad pronto siguió el ejemplo y firmó sus propios contratos de energía renovable a largo plazo. «Originalmente fue una decisión de negocios» según el alcalde republicano Dale Ross. «Nuestra principal misión era mitigar dos tipos de riesgo: el primero era la volatilidad de los precios en el mercado de la energía y el segundo era el riesgo regulatorio de las políticas gubernamentales. Ese fue el reto y encontramos la solución en la energia eólica y solar «.
Pequeñas ciudades como Burlington, Vermont y Aspen, utilizan energía 100 por cien renovable, mientras que otras aspiran a hacerlo: Grand Rapids, en Michigan, obtiene actualmente el 27 por ciento de su energía de fuentes verdes y quiere funcionar con el 100 por ciento de energía renovable en 2025.
El 2 de junio, un día después de que Trump se retirara del acuerdo de París, el alcalde de Pittsburgh anunció tanbiéb la intención de su ciudad de generar toda su electricidad de fuentes renovables en 2035.
Santa Bárbara, California, secundó el ejemplo, declarando el 6 de junio que deseaba funcionar enteramente en energía renovable antes de 2030.
Finalmente, el pasado 27 de junio la Conferencia de Alcaldes de Estados Unidos aprobó por unanimidad una resolución de apoyo para que el cien por cien de la energía que se consume a nivel local sea renovable y llenar así el «vacío» del Gobierno federal en temas ambientales.
imagen: Flirck.
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