
David Chávez Sáez
20 de diciembre de 2020
El llamado “Pacto Mundial de las Naciones Unidas” (UNGC por sus siglas en inglés), en un marco basado en hacer negocios, es una guía para que las empresas, como mínimo, cumplan con las responsabilidades fundamentales en las áreas de derechos humanos, trabajo, medio ambiente y anticorrupción. Los diez principios de la UNGC han estado elevando el nivel de exigencia, tratando de proporcionar planes de acción y evaluación de mecanismos anticorrupción.
Hoy en día, bajo el concepto de gobernanza, donde las empresas reconocen la necesidad de colaborar con actores internacionales en el contexto mundial, impactando la transformación sistemática de los desafíos sociales, políticos, económicos, como nunca antes. Pretendo informar señales reflexivas sobre cómo los lineamientos globales con respecto a la lucha contra la ineficiencia de los mecanismos anticorrupción UNGC parecen intencionadamente ambiguos e imprecisos.
La guía para la evaluación del riesgo anticorrupción diseñado por la UNGC considera que la corrupción afecta todos los aspectos de la sociedad a menudo resultando en una enorme ineficiencia que crea obstáculos al crecimiento socioeconómico, lo cual podría traer como consecuencia conflictos de gobernanza o deberes ante el compromiso de un modelo global de Responsabilidad Social Corporativa (RSC) y sostenibilidad.
Por mi parte conceptualizo RSC como la actitud y funcionamiento de empresas dentro del criterio político, social y económico, reconsiderando el contexto local (medio ambiente, ecosistemas) y más allá de sus operaciones. Entendiendo el dinamismo y la superposición con la RSC, considero la sostenibilidad como una habilidad para conseguir una operación respetuosa. La principal diferencia entre los conceptos previos se basa en qué se quiere solventar e impactar; y quién estará involucrado en el de desarrollo del proceso – qué se mide y cómo se mide. Aunque algunos lineamientos-guías provienen de un nivel supranacional y parezcan intencionalmente ambiguos e imprecisos, el desafío detrás de la corrupción geopolítica ha de coexistir con los actores nacionales, gerentes de empresas e instituciones, para comprender acciones, metodologías e (ir)responsabilidad detrás de la corrupción. Espero colaborar en la analogía entre las empresas (Responsabilidad Social Corporativa (RSC) y sostenibilidad) y su relación con el desafío anticorrupción.
Al intentar avanzar el debate examinador del desafío de la anticorrupción y la RSE-sostenibilidad en el ámbito internacional, existen datos que confirman la lucha contra la corrupción como políticas corporativas. A nivel mundial, para el año 2019, el 55% de las empresas, que forman parte del UNGC, informan que implementan un código anticorrupción y el 51% tiene una política de tolerancia cero. Por parte de las empresas españolas, el Comunicado del Pacto Mundial Red Española 2019, refleja un 77% dicada disponer de dichas políticas o acciones a la lucha contra la corrupción. En cambio, el 17% solo reporta los casos de corrupción identificados. Ampliar el análisis de la corrupción e incluirlo en el alcance, acciones y políticas por parte de las empresas, abre un reconocimiento al debate de la interconexión de facto de las personas, las organizaciones internacionales, los gobiernos y las empresas transnacionales. Como resultado, los conceptos existentes como responsabilidad social corporativa y sostenibilidad se encuentran en constante exploración, tanto en la academia como en la industria, adaptándose-ampliándose, en la búsqueda de una legitimidad práctica.
Como tema, la corrupción se ha abordado históricamente desde un enfoque local y transnacional. Más recientemente, los académicos y los encargados de formular políticas buscan comprender lo que la globalización está produciendo en el comportamiento de la sociedad y el gobierno, y están investigando la relación y el impacto que tiene la corrupción en este actual sistema internacional del libre mercado. Se puede definir corrupción como la intención de cometer un acto ilícito o acción incompatible con la ley o el orden público. Visto de otra manera, el corrupto confía en la ignorancia o descuido de la víctima o, en otros casos, el protagonista está presto para ayudar al delincuente.
La corrupción ha aumentado enormemente durante las últimas décadas. Comprender la corrupción de alto nivel generalmente requiere un estudio de la interacción de los gobiernos como compradores, como vendedores y su relación con los sectores privados. Estas prácticas llevadas a cabo por confederaciones organizadas que participan en proyectos empresariales tienen un impacto económico sustancial en la sociedad. Dicha participación puede ocasionar varias prácticas monopólicas y coercitivas. Lo que solía afectar a un número relativamente pequeño de personas que trabajaba en un número relativamente pequeño de países se ha convertido en un problema global importante.
Diversos modelos de sistemas económicos permiten diferentes niveles de ‘corrupción económica’ que cambian con el tiempo. Por lo tanto, las sociedades tendrán distintas prácticas, así como controles. Dado lo anterior, podemos considerar la corrupción como un reflejo directo del creciente dominio de los diferentes actores en las sociedades industrializadas y semi-industrializadas. El objetivo esencial detrás de la corrupción económica consiste eliminar la competencia lo cual crea un círculo antidemocrático, inherentemente encantador, afectando así a las necesidades sociales no satisfechas por el mercado. Puesto en otras palabras, se crean condiciones donde la aptitud competitiva de los individuos-empresas no es aprovechada por el mercado, ya que el acceso a dicho mercado es acaparado por algunas-empresas. Convirtiendo posiblemente a dichos acaparadores-empresas, en los futuros proveedores de las necesidades sociales.
También podemos ejemplificar el tema de la ‘corrupción política’, principalmente relacionado con la esfera pública en la que operan los actores políticos. Esta esfera pública es una interfaz entre el área pública y privada, privilegiando el acceso a los recursos para beneficiarse a sí mismos o a aquellos con los que tengas pactos establecidos. Otro enfoque para definir la corrupción política, que evita cualquier definición legal, sostiene que la corrupción política es lo que el público en un estado particular puede percibir, como corrupción. El intentar realizar un análisis comparativo, entre estados y sociedades, puede que no tenga sentido, ya que no podemos transponer definiciones que son específicas de cada cultura.
Dada la dificultad de medir la corrupción económica y política, una consecuencia práctica es el aspecto transnacional de la misma. La corrupción transnacional se convirtió simplemente en otra forma de lograr «objetivos político-económicos» internacionales. Además, la corrupción a gran escala implica la desviación de los fondos públicos a manos privadas y la ineficiencia en el uso de los recursos humanos del hombre y de la mujer.
Las estrategias anticorrupción deben orientar a los gobiernos y a las empresas como un contendiente para las políticas de RSC y sostenibilidad. La exposición prolongada a la delincuencia, los frecuentes abusos de autoridad como políticas mal concebidas parecen aumentar la influencia y el dinero del gobierno en la configuración del trabajo criminal. El involucramiento de las empresas internacionales, tiene larga data de interconexión, desde una perspectiva pluralista, con efectos económicos, políticos, sociales y culturales. Mirando desde el punto de vista de los hemisferios del norte y del sur, históricamente, ha ocurrido sobornos del Norte para obtener negocios en el Sur .Sin embargo, con la reformulación de la globalización, también percibimos una actitud delictiva, Sur-Sur . La corrupción no tiene fronteras, influyendo en el mercado del empleo y el desempleo. La corrupción es capaz de establecer la conexión entre la globalización y sus nuevos actores.
Las organizaciones internacionales colaboran en pautas graduales con empresas transnacionales, mediante la composición de políticas contra la corrupción y el control del soborno en la agenda de RSC y sostenibilidad. Esta integración de coexistencia entre la lucha contra la corrupción, control del soborno, RSC y la sostenibilidad puede tener implicaciones positivas detrás del modelo social business.
Agentes como otras organizaciones intergubernamentales, Fondo Monetario Internacional (FMI), Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y el Banco Mundial (BM) pueden ser vistos como actores cruciales en la dispersión de ideas que ayudan a impulsar a los gobiernos y las sociedades hacia una mayor apertura socioeconómica, pero al mismo tiempo, como reguladores del control de la delincuencia. En el contexto europeo, el Parlamento Europeo obliga a determinadas empresas a utilizar el Sistema de Gestión y Auditoría Medioambiental; y tales como el Pacto Mundial de las Naciones Unidas – especialmente en el campo del asilo y la migración. Más recientemente dentro de dicha Directiva Europea, España publicó la Ley 11/2018 de Información No Financiera y Diversidad, puntualizando la comunicación con mayor precisión de contenidos de información no financiera relativa a los ámbitos medioambientales, sociales, derechos humanos y la lucha contra la corrupción y el soborno.
El Enfoque Global
Con una voz crítica para cerrar la brecha entre las estrategias anticorrupción e instrumentos coexistentes dentro de la gobernanza global de la RSE y sostenibilidad, el UNGC ha aportado conocimientos y mecanismos útiles para desarrollar enfoques estratégicos para la comprensión de nuevos modos de anticorrupción. Estos modos de gobierno están cambiando la mentalidad de la gobernanza en el momento de gestionar el «riesgo» dentro de las organizaciones y la sociedad. La gestión de los riesgos de la industria (pérdida de beneficios, devaluación de acciones y corrupción) también forma parte de los objetivos de las autoridades de cooperación mundial reguladora, como la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito y su documento, legalmente universal y vinculante, cubriendo así medidas preventivas, penalización y aplicación de la ley, cooperación internacional, asistencia técnica e intercambio de información.
La colaboración internacional requiere una divulgación de reportes por parte de las corporaciones relevantes. Esto significa que a un nivel mínimo tiene que mostrar lo que están haciendo o dejando de hacer para evitar la corrupción y el soborno.
Hasta el momento, la divulgación de las empresas tiende a no ser extensa, pero movimientos sociales, a través de colaboraciones de ONGs, han conducido a una mayor transparencia y cumplimiento social obligatorio en países desarrollados. En consecuencia, desde una perspectiva íntegra hemos también de involucrar al capital humano de las empresas en la ejecución reflexiva detrás de acciones anticorrupción (ISO 37001), para guiar la directriz corporativa y posiblemente, generar diferentes prácticas de medición y reporte.
La mejora de la transparencia corporativa puede traer implicaciones prácticas y políticas. La regulación únicamente no alcanza un gran impacto, figurando que la continua verificación del cumplimiento corporativo ha de estar presente por parte de activistas sociales, para lograr el objetivo regulatorio de la RSC-sostenibilidad. Esto significa que la regulación por sí sola (soft law) no puede resultar en informes o reportes anuales completos y de calidad. Alentar a las empresas a comprender mejor y gestionar su exposición a la corrupción, bajo el paraguas temático mundial de RSC y sostenibilidad, mientras trabajan para superar los desafíos regulatorios y hacer crecer sus operaciones, requiere aún contribución sustancial (partnership) inter-disciplinaria así como niveles crecientes de participación de los grupos de interés.
En síntesis, la corrupción internacional, pública o privada afecta a toda la economía a través de diferentes agentes y niveles. Controlar y erradicar la corrupción es otra de las principales tareas de la gobernanza en la búsqueda del desarrollo a escala mundial. La dificultad en cuantificarla y cómo abordarla problematiza lo que las empresas transnacionales consideran, riesgo. La práctica de la reducción de la corrupción debe razonarse como un mecanismo para seguir alentando a las empresas a adoptar dentro de sus directrices la integración de la RSC y sostenibilidad, agregándoles temas como anticorrupción y soborno, enmarcadas dentro del modelo de negocio social y sustentable.
Imagen: Freepik
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