
2 de mayo de 2020
El Diálogo Petersberg, celebrado los pasados días 27 y 28 de abril bajo los auspicios de Alemania, ha sido la primera gran cita del clima este año, al posponerse la COP26 de Glasgow hasta el próximo año.
Desde su inicio en 2010, el Diálogo de Petersberg sobre Acción Climática ha proporcionado un foro para debates políticos de alto nivel, centrados tanto en las negociaciones internacionales sobre el Clima como en el avance de la acción climática sobre el terreno. En medio de la pandemia mundial, la reunión en la que participaron ministros de una treintena de países, el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, la canciller alemana, Angela Merkel, y el secretario de estado de exteriores británico, Dominic Raabse celebró por videoconferencia. Su objetivo, dar impulso a la agenda climática internacional.
Su celebración este año ha cobrado un significado doble: por un lado, porque 2020 es el año marcado en el Acuerdo de París para revisar los planes nacionales de lucha contra el cambio climático y presentar las estrategias a largo plazo, dos instrumentos clave para lograr el objetivo de que la temperatura media del planeta no aumente más de 1,5ºC. Por otro, porque en medio de la crisis del COVID19, la lucha contra el cambio climático parece haber pasado a un segundo plano y planeaba sobre el ambiente si el Acuerdo Verde Europeo estaba realmente en peligro.
Todos los participantes en este tradicional encuentro coincidieron en señalar que la oportunidad de dar una respuesta conjunta a la crisis del COVID-19 y a la crisis climática es clara: la recuperación de la economía debe hacerse poniendo a las personas y a la naturaleza en el centro. Impulsando una economía, una vez pase la fase más dura de la pandemia, neutra en carbono, más resiliente y más justa e inclusiva.
Los ministros coincidieron en destacar que la pandemia no puede ser una excusa para retrasar la acción y resaltaron la importancia de la respuesta multilateral y la cooperación internacional para que todos los países puedan cumplir con sus objetivos y, especialmente, los más vulnerables. Asimismo, han destacado el protagonismo que han ganado las soluciones basadas en la naturaleza y han recalcado la necesidad de que la recuperación económica mantenga los compromisos con la Agenda 2030, los Objetivos de Desarrollo Sostenible y el Acuerdo de París.
Por primera vez en el marco del Diálogo de Petersberg, tuvo lugar un encuentro con actores no estatales y la sociedad civil que tuvo ocasión de abrir la Vicepresidenta Teresa Ribera. Según Ribera, se abordaron las oportunidades que representa la descarbonización en sectores como la energía y el transporte para relanzar la economía una vez superada la crisis provocada por el COVID-19: “Las soluciones energéticas dirigidas a la ampliación de la energía renovable, la reducción de la contaminación del aire y la electrificación de la movilidad proporcionan una opción de inversión estratégica segura y visionaria, y soluciones que nos acercan un paso más a un futuro sostenible que reducirá nuestra vulnerabilidad ante los retos globales, y además irán acompañadas de oportunidades de empleo”.
Representantes de organizaciones internacionales, ministros de Gobiernos nacionales y locales, CEOs, sociedad civil e instituciones académicas coincidieron en la necesidad de aprovechar esta oportunidad para colaborar y fijar medidas concretas de apoyo y estimulo que aceleren la transformación de los sectores de la energía y el transporte por carretera, con enormes beneficios en términos de creación de riqueza, empleo y mejora de la salud.
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