
7 de julio de 2020
La recuperación económica tras la crisis del COVID-19 pasa entre otras cosas, por la promoción del consumo. En Francia, la Federación de Empresas de Comercio y Distribución, está promoviendo el Ecocheque, una tarjeta de fidelidad para promover el consumo de productos locales y ecológicos.
Esta tarjeta otorgaría descuentos por cada compra ecológica (alimentos orgánicos, dispositivos reparables, diseño ecológico o productos energéticamente eficientes). La tarjeta tendría un componente solidario, y el Estado aumentaría su importe parcialmente para los hogares más pobres. La idea es tener un sistema coherente, destinado a durar, no solo una medida cíclica y reuniría a productores y cadenas de distribución que encontrarían además un interés en informar sobre su compromiso en esta área.
Esta iniciativa, que ya está funcionando en algunas comunidades locales francesas, como Allier o Essorne, promovería el consumo responsable, clave también para la transición ecológica.
Los ecocheques cuentan además con el aval de la organización francesa de empresarios, el MEDEF, para quienes la recuperación económica debe pasar por la sostenibilidad: “No se trata de reiniciar la economía porque estamos más allá del reinicio «, según Geoffroy Roux de Bézieux, “la reconstrucción después de la epidemia de coronavirus implicará en primer lugar una reactivación del consumo, pero de alguna manera más ecológico”.
Los ecocheques surgieron en 2009 en Bélgica, cuando a la firma un contrato de trabajo, los ecocheques se incluían como parte del paquete salarial. Los ecocheques se lanzaron para permitir que las empresas belgas aumentasen los beneficios de los empleados mientras pagaban menos impuestos y para alentar un mayor consumo ecológico.
No obstante, si en 2009 se podían comprar pocos productos ecológicos, el mercado de ecocheques ha evolucionado sustancialmente en los últimos años y encuentra en Francia un mercado atractivo, donde el mercado bio facturó en 2016 más de 7.000 millones de euros y supone casi el 50% de las ventas creciendo a un ritmo del 15% anual.
En España, aunque al margen de los productos bio, la promoción del consumo local tras el COVID también se está poniendo en marcha en ciudades como Xativa y Ontinyent,donde si el vecino compra un bono por un valor por ejemplo de 20 euros, el ayuntamiento le suma la misma cantidad y así puede comprar por el doble de valor en los pequeños establecimientos locales.
En Zamora, el grupo socialista ha propuesto los denominados «Zamora Bonos», una suerte de cheques que los ciudadanos podrán adquirir por 40 euros, aunque en realidad sirvan para gastar 50, de manera que el Consistorio subvencione los diez euros restantes. Esta iniciativa entra dentro de un paquete de medidas de reactivación económica que pretende «incentivar el comercio local y también el consumo» con un intercambio total entre cliente y empresa zamoranos.
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