
La obligatoriedad de cobrar las bolsas de plástico desde el 1 de marzo prevista inicialmente por el Gobierno, ha sido aplazada hasta nueva orden y está pendiente del dictamen del Consejo de Estado, antes de su aprobación definitiva.
Según han informado fuentes del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, no se puede concretar una fecha para que el Real Decreto quede aprobado definitivamente, aunque espera que eso suceda antes de que concluya el primer semestre de 2018.
El retraso, según fuentes ministeriales, obedece a que, tras estudiar las alegaciones que se aportaron al borrador de Real Decreto para reducir las bolsas de plástico y que incorporará al ordenamiento jurídico español la normativa de la Unión Europea, el texto ha estado precisamente, en estudio por la Comisión Europea para su valoración como norma técnica.
El proyecto plantea prohibir la distribución total de las bolsas de plástico a los consumidores a partir de enero 2020, y, hasta entonces, la iniciativa aspira a cobrar por las bolsas de plástico entre 5 y 15 céntimos de euro, excepto las muy ligeras, hasta su prohibición definitiva en 2020, menos las de material compostable.
Así, a partir de enero de 2020 se prohibirá la distribución de bolsas de plástico ligeras y fragmentables por parte de los comercios y su venta estará prohibida. No obstante, según señala el borrador, habrá dos excepciones: las producidas con material compostable y las bolsas más gruesas (de más de 50 micras) puesto que «sus características permiten una mejor reutilización» y tendrán que incorporar un contenido mínimo del 30 por ciento de plástico reciclado.
Algunos países como Francia, Italia o Marruecos ya prohíben las bolsas de plástico de un solo uso.
En España cada año se usan y tiran una media de 180 bolsas por habitante, 8.476 millones en total, que tardan más de cinco décadas en degradarse y apenas el 10% de ellas se reciclan. La normativa europea que debería haber entrado en vigor hoy, 1 de marzo, obliga a los comercios a cobrar las bolsas de plástico, con el objetivo de reducir a 90 bolsas por persona al año antes del 31 de diciembre de 2019 y a 40 en 2025.
Algunas organizaciones como Greenpeace han iniciado una campaña para exigir al Gobierno que tome medidas urgentes para reducir la producción y consumo de plásticos, recordando sus efectos demoledores por ejemplo en el mar, desde el Ártico a la Antártida.
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