
El Parlamento de Noruega aprobó el pasado martes 14 de junio, el objetivo de alcanzar la neutralidad climática en 2030, dos décadas antes de lo previsto en el Acuerdo de París, lo que implica para este país reducir las emisiones de carbono al menos un 40% por debajo de los niveles de 1990.
Con esta decisión, Noruega asume los compromisos que ratificó en el Acuerdo de París, acelerando la transición hacia una economía libre de CO2, y compensando las emisiones de sectores dominantes en su economía, como las industrias del petróleo y del gas. Noruega emite alrededor de 53 millones de toneladas de dióxido de carbono cada año y aunque no es miembro de la UE, participa en el comercio de emisiones de la Unión.
El texto de la moción parlamentaria es aún bastante laxo, estableciendo una serie de medidas para alcanzar la neutralidad de carbono, pero sin porcentajes en cuanto a la contribución de cada una de ellas, aunque está previsto que estas medidas se concreten aún más en el Parlamento en un futuro próximo y a través de las negociaciones bilaterales con la Unión Europea. Por su parte, la Comisión Europea pretende publicar a finales de este año, las propuestas legislativas para ampliar más allá de 2020 la normativa que rige los objetivos del régimen europeo de derechos de emisión (European Union Emission Trading Scheme ,ETS) y de los sectores no sujetos a ETS. La negociación bilateral de Noruega prevé la vinculación de la regulación en virtud de sectores no ETS, como el transporte, la agricultura y los edificios.
Esta iniciativa se suma a otra que el Parlamento aprobó a principios del mes de junio, por la que Noruega se convertía en el primer país en prohibir la contratación pública para aquellas entidades que contribuyen a la destrucción de bosques.
El parlamento también aprobó una propuesta para elaborar una nueva ley sobre el clima que debe ser aprobada antes de las próximas elecciones generales, previstas para Septiembre de 2017.
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