
El pasado 24 de noviembre se firmaron en Francia, los dos primeros contratos de impacto social franceses, en presencia del Presidente de la República Francesa, François Hollande, de Michel Sapin, Ministro de Economía y Finanzas y de Martine Pinville, Secretaria de Estado de Comercio, Artesanía, Consumo y Economía Social y Solidaria.
Estos proyectos, resultado de una convocatoria pública que se abrió en marzo de este año, constituyen una experiencia piloto en Francia, a través de los que los inversores privados podrán financiar programas sociales innovadores. Los contratos son la versión francesa de los «bonos de impacto social», desarrollados en varios países europeos como Bélgica, Reino Unido o los Países Bajos.
Los contratos tienen como objetivo financiar programas sociales innovadores en áreas como la exclusión social o la dependencia, donde los inversores obtienen retornos solamente si los programas tienen éxito.
Para Martine Pinville, «estos contratos no sustituyen a los servicios públicos, sino que responden a las necesidades sociales no cubiertas hoy» , y son » una herramienta que permite la toma de riesgos y ofrece al Estado un nuevo papel de catalizador para la innovación social «.
La operativa de estos productos es teóricamente sencilla:
- un operador social, identifica una necesidad social no cubierta
- se propone una acción con indicadores de evaluación de impacto social,
- encuentra un inversor privado para financiar esta acción
- se abre una convocatoria pública de proyectos
- una vez seleccionado el proyecto, se designa un experto externo e independiente que evalúa la acción realizada
- si los objetivos se han cumplido, el inversor es reembolsado por el Estado.
Dossier de presentación de Contratos de Impacto Social
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