
Reflexiones para comprender el posicionamiento de los estados en las relaciones internacionales
María Isabel Gil
Los expertos en relaciones internacionales centran sus reflexiones en el complejo escenario internacional donde se desarrollan las relaciones entre los países del mundo, concluyendo que dicho escenario ha evolucionado en los últimos años de manera mucho más rápida que en décadas anteriores; presentando causas multifactoriales muy diversas y fuertemente interconectadas, dentro de un marco global de extrema dependencia entre los países, lo que aboca a éstos a definir y cambiar sus estrategias constantemente para posicionarse en el mundo y poder garantizar su propia supervivencia.
Por ello, considero interesante hacer un breve ejercicio de reflexión para entender, desde el origen, cual es el factor primario que provoca el posicionamiento de cada país en el mapa mundial.
Desde este punto de vista, es decisivo dar respuesta a la siguiente pregunta: ¿La geografía determina o condiciona la situación de cada uno de los países en el mapa internacional?
Para poder responder, es fundamental analizar la relación independiente pero también relevante que existe entre la Geografía y la Historia. La relación entre ambos campos del conocimiento ha evolucionado mucho desde el siglo XIX, como apuntaba Whiting Fox en su libro “La historia desde una perspectiva geográfica”, donde expone que la Historia y la Geografía se aliaron a través del concepto de “determinismo” para justificar y analizar los cambios en su entorno. Los geógrafos afirmaban dentro de esta visión que la Historia no era sino el resultado del medio[1].
La relación entre ambos conceptos es muy estrecha, ya que la Historia considera la ubicación espacial de los diferentes sucesos y procesos sociales que ocurren en el tiempo, analiza las causas que generan esos sucesos y procesos sociales y fortalece la identidad nacional y cultural del ser humano en la medida que éste está asentado en un lugar determinado. Los mapas son un instrumento fundamental de la Geografía, los cuales sirven para ubicar a las grandes civilizaciones y establecer las rutas aéreas y marítimas mundiales como base de las relaciones internaciones entre los países.
La Geografía ha evolucionado como ciencia pero a un ritmo menor que otras, ya que desde el origen de los tiempos hasta el siglo XIX, la Geografía ha sido utilizada como una herramienta estratégica, militar y política de las “potencias” de la época[2].
En la Edad Moderna, como resume Javier Gómez Piñeiro en su artículo “Perspectivas Geográficas de un Pasado y Presente Conflictivos a un Futuro Prometedor”[3], nos encontraremos con Geografías, Cosmografías y Geografías Descriptivas de países que podían interesar a los navegantes, viajeros, comerciantes y a un público curioso e interesado.
Tradicionalmente han sido consideradas las figuras de A. de Humboldt (1769-1859) y K. Ritter (1779-1859) como precursores de la Geografía Moderna. Ellos fueron los que sistematizaron y desarrollaron los principios fundamentales: localización, distribución, generalización, actividad, causalidad y conexión[4]. Si bien cada uno de estos padres de la Geografía Moderna enfocó la geografía desde una perspectiva distinta, ya que Humboldt era naturalista exclusivamente mientras que Ritter combinó el estudio de las ciencias naturales con la geografía.
La consagración de la Geografía como ciencia de interés estatal e internacional fue lenta y casi estuvo a punto de no llegar a alcanzar apenas relevancia al entrar en una grave crisis durante la primera mitad del siglo XIX, ya que otras distintas ramas de la ciencias de la naturaleza fueron superiores en cuanto al influjo que supusieron en comparación con la Geografía, diluyéndose muchas veces ésta con otras ciencias.
Las investigaciones británicas fueron decisivas para la consagración de la Geografía como campo del conocimiento en la era contemporánea, especialmente con la publicación en 1836 de la obra “Physical Geography” por Mary Somerville[5] (1780-1872), cuyo objetivo principal se resume perfectamente en una frase de Bacon[6]:
“Ningún fenómeno natural puede ser estudiado por sí mismo, sino que para ser entendido debe ser considerado en conexión con toda la naturaleza” y la propia definición de la geografía física como “la descripción de la tierra, el mar y el aire, con sus habitantes, animales y vegetales, de la distribución de estos seres organizados y las causas de esta distribución” (cit. Sanderson, 1974).
Tras la grave crisis por la que pasó la Geografía como se señala más arriba, será su inclusión en la docencia la que la salvará de desaparecer así como otro factor histórico importantísimo, los auges de los nacionalismos. A partir de este momento, el estudio y conocimiento de la Historia y la Geografía se convierten en indispensables. La Geografía consiguió adquirir el carácter de ciencia del conocimiento y garantizó su supervivencia final a través de la enseñanza, la publicación de obras y la formación de profesores en demanda creciente, lo que fomentó la creación de numerosas cátedras universitarias en diversos países. Todo ello en conexión con el marco histórico del imperialismo y en menor medida la formación de las Sociedades Geográficas en la práctica totalidad de los países europeos como factor secundario en el desarrollo y consolidación de la Geografía. La Geografía colonial, y más concretamente la Geografía económica adquiere un auge extraordinario. Ambos campos del conocimiento consideraban que el aspecto más relevante en el que debían centrarse las potencias coloniales se fundamentaba en localizar y procesar las materias primas dentro de los territorios coloniales para su posterior proceso de comercialización hasta las metrópolis en forma de productos manufacturados.[7]
La Geografía comienza a adquirir un componente netamente científico, encontrándose escuelas contrapuestas y fuertemente enfrentadas como la Escuela del determinismo (el medio es dominante) y la del posibilismo (el hombre elige entre las posibilidades que le ofrece el medio). Este posibilismo, que pasó a convertirse en la teoría dominante bajo la fuerte personalidad de Vidal de la Blache[8], desarrolló una serie de tendencias que han llegado hasta nuestros días: etnográfica, historicista, geopolítica, biológica, sociológica, regional y cultural.
A partir de la década de los años cincuenta se van a producir una serie de cambios decisivos en el estudio de la Geografía. Comienza un debate entre los geógrafos entre aquellos que sostienen que la Geografía debe ser considerada como ciencia del paisaje (estudio de los objetos de la superficie terrestre) o aquellos que la analizan como ciencia regional o ecológica (estudio de las relaciones). Este debate implicó que la evolución de esta rama del conocimiento a partir de la mitad del siglo XX ha sido mucho más rápida que durante los siglos anteriores. Nace a partir de aquí un nuevo concepto de Geografía, ya que investiga la ciencia del paisaje, la ciencia de las relaciones entre el hombre y el ambiente natural y la ciencia espacial que estudia la localización de los fenómenos sobre la superficie terrestre[9].
Es interesante subrayar una de las principales conclusiones de Yves Lacoste[10], que diría que la Geografía está dirigida y se ve influida por los poderes públicos, lo que tiene una lectura preocupante y es que los estudios de la Geografía no disponen de libertad de investigación y su sujeto de estudio está motivado por los intereses de los dirigentes mundiales.
Kaplan apunta en su libro “La venganza de la geografía” que ningún sistema político o regional es inquebrantable, “Lo único perdurable es la ubicación de los pueblos en el mapa. Así pues, en época de agitación, aumenta la importancia de los mapas”[11]. Para continuar subrayando que “No hace falta ser determinista geográfico para saber que la geografía tiene una importancia vital”[12].
Por ello, tras este breve repaso de la influencia de la Geografía en la historia de la humanidad en general y en las relaciones internacionales en particular, veamos cómo ciertas características de la Geografía tienen influencia directa en el desarrollo o subdesarrollo de los países, así como en su posicionamiento a la hora de buscar influencias y alianzas con unas u otras regiones del mundo.
No es difícil imaginar el impacto que ejerce el clima en la vida y a las actividades del hombre. El clima influye en la salud de la población, favorece u obstaculiza un gran número de actividades humanas (cultivos agrícolas, empresas industriales, investigaciones científicas…), condiciona en forma decisiva el ambiente determinando la cantidad y la calidad de la flora y de la fauna, siendo éstas asimismo fundamentales para la prosperidad humana; y por último, constituye un elemento de no escasa importancia para el desarrollo social y civil de las poblaciones, modulando su modo de ser y sus costumbres. El clima es, pues, de suma importancia para el hombre; resulta del todo natural que el hombre, deseoso de conocimientos y de saber, venga, desde tiempo inmemorial, estudiando con escrupulosa atención las condiciones climáticas y sus variaciones, tratando de comprender y de describir su génesis y consecuencias, del modo más exacto posible. Por lo demás, no se trata sólo de satisfacer una simple curiosidad[13], sino que el clima condiciona la personalidad y costumbres del individuo (concepto de continentalidad; ver diccionario de sociología de Octavio Uña)
El hombre debe aceptar, pues, ese desafío que el medio le propone: luchará para sobrevivir e imponerse, o -como pronosticaba Spengler[14], en “La decadencia de Occidente”– sucumbirá. Las limitaciones y los estímulos propios del lugar donde un individuo actúa pesan, sin embargo, menos que la voluntad de acometerlos.
Otro factor que suele estar conectado con el subdesarrollo es la ubicación geográfica del país, siendo condicionantes elementos como su proximidad o lejanía al mar, nivel de precipitaciones o presencia de estaciones, ya que para el intercambio mercantil y el posicionamiento en el mercado será muy importante disponer de una mayor cercanía al mar para abaratar tantos costes como tiempo[15], o bien poder garantizar cultivos anuales variados y no monocultivos que supongan una menor ventaja competitiva y relación real de intercambio de estos países con respecto a aquellos que venden productos manufacturados. No obstante, existen ejemplos de países muy alejados del mar que disponen de mayores estándares de vida que otros próximos al litoral, como por ejemplo Austria en comparación con Angola.
Hay pueblos que viven en zonas donde abundan los combustibles -cada vez más necesarios para dar impulso a la tecnología moderna– y que poco o nada hacen por explotarlos. Países donde no faltan el carbón, el petróleo, el gas natural y el uranio, cuyos yacimientos, inexplicablemente, en vez de producir más, rinden cada vez menos. Y otros que disponen de filones metalíferos o bien canteras de minerales arcillosos y calcáreos, que siguen yaciendo bajo tierra, en medio de una total inoperancia, cuando podrían convertirse en fuentes de inagotable bienestar.
La historia ha demostrado que los recursos naturales no son fuente de desarrollo para muchos de los países que los poseen, tanto por la mala gestión de los mismos y la ausencia de inversión de sus ingresos en crear economías con diversificación de producción, como por el centralismo de los ingresos en manos de la elite política y económica de esos países; perpetuando y profundizando la corrupción y el tráfico de influencias a niveles extremos, lo que provoca la ausencia de gobernanza. Claro ejemplo de esto son países como Nigeria o la República Democrática del Congo.
Otro factor que explica la importancia en la geografía es la latitud. Basándonos en el libro de Sociedades Comparadas[16] de Jared Diamond se explica que “En general los países situados en zonas templadas son considerablemente más ricos que los tropicales”. Y ello debido a dos razones principales: su menor productividad agrícola y sus mayores problemas sanitarios“. La primera es debida a que las cosechas son menores, porque la fertilidad y profundidad de los suelos es escasa -culpa en parte por las intensas lluvias y la falta de materia orgánica caída en la tierra-, y los suelos son superficiales y estériles. La segunda razón está directamente relacionada con la gran variedad de especies y en consecuencia también de agentes patógenos que habitan en esas latitudes, que acaban dañando cosechas, causan enfermedades entre sus habitantes y al final terminan por reducir la esperanza de vida de la población. A la elevada mortalidad y la reducida esperanza de vida se le suma también una alta morbilidad -incapacidad para trabajar, tasas de natalidad muy elevadas y una escasa inserción de la mujer en el mercado de trabajo. Todos estos factores entrelazados son el principal motivo por el que los países cercanos al ecuador tienen una fuerte tendencia a la pobreza económica. (Esta idea se explica también en la obra «La Revolución del Siglo XX», del economista Gabriel Tortella. Los países de latitudes ecuatoriales y tropicales, en su inmensa mayoría, no han experimentado una revolución agrícola previa a la revolución industrial, aspecto fundamental para que se cree una industria especializada como motor de desarrollo y crecimiento económico). Excepciones a esta regla son los países del sureste asiático, que siguen experimentando, no por ello, unas notables bolsas de pobreza que están lejos de desaparecer.
Todos los estudios realizados demuestran que la Geografía y sus factores condicionan el desarrollo de un pueblo (el medio) pero también demuestran que la voluntad de las personas (uso del medio) es un factor clave para desarrollar un lugar. Sin una buena gobernanza y gestión de los recursos, no se podrá salir de la espiral del subdesarrollo. Igualmente aquellos países que disponen de una ubicación geográfica compleja, alejadas de las rutas comerciales más importantes o tienen un clima menos favorable para el cultivo de tierras y obtención de recursos básicos necesarios o menos acceso al agua, tendrán que trabajar de manera más eficiente y eficaz con los elementos de los que disponen.
Pero no sólo para salir del subdesarrollo es determinante la Geografía, sino que aquellos países desarrollados que quieran convertirse en las potencias del mundo deberán de basar sus estrategias políticas y económicas internacionales ejerciendo el control de las rutas más transitadas y claves para dominar aquellas zonas más ricas e importantes del panorama internacional. Multitud de escuelas y autores han investigado acerca de cuáles son los puntos geográficos claves en los que posicionarse para que el país que quiera dominar el mundo pueda conseguirlo. De ahí que la geografía sea una ciencia exacta en las relaciones entre el hombre y su interacción con el medio en el que vive.
Tras el análisis aquí presentado, se puede concluir que la Geografía tiene un peso fundamental tanto en la supervivencia de cada país como ente individual, dotándolo de una serie de cualidades que marcarán su posición en el mundo, como en su capacidad real para establecerse frente al resto de países. Así dependerá de las ventajas que le otorgue la Geografía (clima, ubicación, disponibilidad de recursos naturales) como del uso que el individuo haga de ellas para sacarles el mejor rendimiento a la realidad en la que se encuentra inmerso. Por lo tanto, no sólo contar con una posición más estratégica y beneficiosa en el mapa mundial garantizará que el destino de un país sea más positivo que el de otro que parte de una base menos favorable, siendo el factor humano determinante para aprovechar la realidad geográfica de cada territorio y poder adaptarse a ella de la mejor manera posible para intentar ubicarse en el “juego de las relaciones internacionales” de la manera más estratégica posible.
Por ello, se debe de introducir la variable geográfica en todos los análisis que se lleven a cabo en el marco de las relaciones internacionales. Ya que dicha variable dota de unos factores geográficos ínsitos a cada país que condiciona su propia vida política, social o económica además de que la variable geográfica ejerce como instrumento para que, a través de las relaciones entre los países se puedan superar las carencias más significativas que cada Estado presenta individualmente, y así se creen sinergias positivas con el fin de otorgar soluciones a dichas carencias. Con ello, el país o región que tenga mayor habilidad estratégica en sus relaciones internacionales podrá mejorar su posicionamiento en el mundo y avanzar hacia un mayor poder y estándar de desarrollo.
[1] Whiting Fox, E: La historia desde una perspectiva geográfica. Universitat de Lerida, 1998. P.24.
[2] Geopolitical Traditions: Critical Histories of a Century of Geopolitical Thought. Yves Lacoste, 1977.
[3] Perspectivas Geográficas de un Pasado y Presente Conflictivos a un Futuro Prometedor. Javier Gómez Piñeiro. Universidad de Deusto
[4] Idem.
[5] Mary Fairfax Greig Somerville fue una matemática, astrónoma y científica escocesa autodidacta. Fue una de las mujeres de su tiempo que con más pasión se dedicó al estudio de las matemáticas y al conocimiento de los avances científicos. https://matematicascercanas.com/2014/05/15/mary-somerville-escocia-1780-1872-d-c/
[6] Francis Bacon (1561 1626) fue un célebre filósofo, político, abogado y escritor inglés, padre del empirismo filosófico y científico. Desarrolló en su De dignitate et augmentis scientiarumn (De la dignificación y progreso de la ciencia) una teoría empírica del conocimiento y precisó las reglas del método científico experimental en su Novum Organum, lo que hizo de él uno de los pioneros del pensamiento científico moderno.
[7] Idem.
[8] Paul Vidal de La Blache (1845- es uno de los geógrafos más importantes de la segunda mitad del siglo XIX. Revolucionó la Geografía dándole un objeto de estudio bien diferenciado y exclusivo, de tal manera que no se podía confundir con ninguna otra ciencia: la región.
[9] Perspectivas Geográficas de un Pasado y Presente Conflictivos a un Futuro Prometedor.
Javier Gómez Piñeiro. Universidad de Deusto
[10] (Lacoste Y. y otros 1977)
[11] Robert D. Kaplan. La venganza de la geografía. 2012. P. 21
[12] Idem.
[13]El Medio Geográfico y la Vida del Hombre Influencia y Condicionamiento. http://historiaybiografias.com/medio_geografico_vida/
[14] Oswald Spengler. (Blankenburg-am-Harz, 1880 – Munich, 1936) Filósofo alemán. Estudió matemáticas, ciencias naturales y economía. Su obra principal, La decadencia de Occidente (dos vols., 1918, 1922), tuvo muy pronto un enorme éxito entre el público. Durante algún tiempo el nazismo le mereció un juicio positivo (Los años decisivos, 1933), aunque más tarde ironizaría ferozmente contra Hitler, los nazis y su escasa inteligencia. En 1931 publicó El hombre y la técnica. Contribución a una filosofía de la vida.
[15] El Medio Geográfico y la Vida del Hombre Influencia y Condicionamiento. http://historiaybiografias.com/medio_geografico_vida/
[16]http://assets.espapdf.com/b/Jared%20Diamond/Sociedades%20comparadas%20(8834)/Sociedades%20comparadas%20-%20Jared%20Diamond.pdf