
La UE podría haber dado acceso a la petrolera estadounidense ExxonMobil y a otras empresas de energía fósiles, a estrategias comerciales confidenciales en las negociaciones del TTIP, al mismo tiempo que multinacionales europeas habrían utilizado el TTIP para aumentar las exportaciones estadounidenses de combustibles fósiles. En una reunión celebrada en septiembre de 2013, funcionarios de comercio de la UE habrían proporcionado información sobre el estado de las negociaciones del TTIP a dos grupos comerciales y 11 compañías de petróleo y gas, incluyendo Shell, BP y ExxonMobil.
Según datos filtrados y denunciados por The Guardian, funcionarios europeos habrían solicitado aportaciones concretas a una asociación de refinería de petróleo respecto al capítulo energético de las negociaciones de la UE para integrar al acuerdo la importación libre de crudo y de gas procedentes de Estados Unidos. La organización de empresarios BusinessEurope fue invitada por los negociadores estadounidenses en el Departamento de Estado y el Departamento de Energía.
La documentación filtrada demostraría una relación estrecha entre la UE y la industria de los combustibles fósiles que evidenciaría la promoción de esta fuente energética por las autoridades comunitarias, en un momento clave donde se busca teóricamente la descarbonización progresiva del modelo económico actual y la consecución de los objetivos climáticos de la UE de cara a la COP21 de París. La UE buscaría salvar la prohibición por parte de los Estados Unidos de exportación de combustibles fósiles durante 40 años, para exportar libremente petróleo y gas a Europa.
Por su parte, la Comisión Europea en un comunicado enviado a Euractiv el 27 de noviembre niega cualquier trato preferencial, afirmando que ha mantenido consultas con todos los grupos de interés desde ONGs, hasta sindicatos y consumidores, al mismo tiempo que niega la opacidad de los objetivos comunitarios:
“Desde el primer momento ha estado claro que la UE quiere abrir el mercado estadounidense de la energía para ayudar a reducir los precios de la energía y diversificar nuestras fuentes energéticas –algunos estados de la UE dependen en más del 90 por ciento de un solo proveedor, Rusia”.
Las negociaciones sobre combustibles fósiles son otro de los aspectos clave del TTIP, y estos datos se unen una vez más a las criticas sobre la opacidad de las negociaciones y comprometen la estrategia de la Comisión Europea frente a las negociaciones de la COP21 de París y la negociación en curso de otros paquetes clave como el de Economía Circular. Según un informe de Transporte y Medio Ambiente, la liberalización comercial propuesta por la UE y las compañías petroleras generaría un aumento significativo de las emisiones si Bruselas no adoptase las medidas adecuadas, como la reforma de las emisiones de la aviación y del sector marítimo, o la fijación de precios del carbono.
*Imagen de Flickr bajo licencia de Creative Commons de Steven Straiton
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