
«La prevención de la delincuencia de negocios debe estar en el centro de gobierno corporativo. Al mismo tiempo, la contratación pública debe convertirse en sinónimo de integridad, transparencia y rendición de cuentas»
Ángel Gurría, Secretario General de la OCDE
Los sobornos para obtener grandes contratos son una práctica cotidiana en los negocios de las grandes empresas transnacionales de acuerdo con un estudio de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) donde se analizan 427 casos de soborno: los cohechos equivalen a una media del 10.9 por ciento del valor total de la transacción, y al 34.5 por ciento de los beneficios.
En el OECD Foreign Bribery Report se detalla que en el 57 por ciento de los casos, los sobornos se pagaron para obtener contratos de compras públicas, seguidos por la agilización de trámites de despacho aduanero, en un 12 por ciento. Por su parte, un seis por ciento de los cohechos se entregaron para obtener un tratamiento fiscal preferencial.
Para el presente análisis, la OCDE revisó operaciones de empresas o individuos de los 41 países signatarios de la Convención de la OCDE contra el Cohecho (Convención para Combatir el Cohecho de Funcionarios Públicos Extranjeros en Transacciones Comerciales Internacionales), en los cuales estuvieron implicados funcionarios públicos extranjeros. Los casos tuvieron lugar entre febrero de 1999, fecha en la que la Convención entró en vigor, y junio de 2014. El informe profundiza en más de 400 casos, y analiza varias cuestiones: ¿Quién estaba sobornando a quién? ¿Estaban involucrados intermediarios? ¿Cuánto se estaba pagando? Y ¿Cómo están siendo castigados los que sobornaron?
El reporte concluye que “la mayoría de los cohechos internacionales son pagados por empresas grandes, por lo general con el conocimiento de los altos directivos”. “Dadas la complejidad y la naturaleza oculta de las transacciones corruptas, esto sin duda, es simplemente la punta del iceberg”, afirma la OCDE.
Por lo general, los cohechos se pagan para obtener contratos de empresas propiedad del Estado, o controladas por el Estado, en las economías avanzadas, más que en el mundo en desarrollo, y la mayoría de quienes los pagan y quienes los cobran provienen de países ricos.
Casi dos tercios de los casos ocurrieron en sólo cuatro sectores: extractivo, construcción, transporte y almacenamiento e información y comunicaciones.
En el informe, se disipa el mito de que la corrupción se limita a los países en desarrollo. La evidencia muestra que la corrupción se produce en todas partes. Dos tercios de los sobornos tratadas en el informe fueron pagados a funcionarios de los países con nivel medio a muy alto de desarrollo humano. Los funcionarios fueron sobornados en 24 de los 41 países miembros del Grupo de Trabajo de la OCDE sobre el soborno, y en 15 de los 19 países miembros del G-20.
¿Qué se puede hacer? Según la OCDE, hay varias cuestiones que se deberían abordar para luchar contra el soborno:
En primer lugar, los líderes de los 41 países miembros del Grupo de Trabajo de la OCDE sobre el soborno y el G20 deben dar ejemplo y perseguir la corrupción. Y, sobre todo, deben informar públicamente sobre los casos de corrupción concluidos.
En segundo lugar, hay que redoblar los esfuerzos para levantar el velo corporativo, y poner fin a las prácticas que han permitido a los intermediarios y los beneficiarios de la corrupción mantener esta opacidad. En la OCDE se trabajará para apoyar la implementación de los Principios de alto nivel del G-20 sobre Transparencia de la titularidad efectiva, incluyendo, por ejemplo, la creación de registros centrales de la propiedad efectiva de las personas jurídicas.
En tercer lugar, las autoridades públicas y las empresas deben hacer más para garantizar la integridad, la transparencia y la responsabilidad en la contratación pública. A este respecto, los Principios de la OCDE para mejorar la integridad de la Contratación Pública (2009) constituyen una referencia a tener en cuenta.
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