
La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que uno de cada tres habitantes del planeta carece de acceso en condiciones apropiadas a los medicamentos que necesitan. Casos como el del medicamento contra el virus de la hepatitis C sofosbuvir, Sovaldi (del laboratorio Gilead), o el creciente problema de acceso al tratamiento contra el cáncer, como los estudios presentados en mayo pasado en la revista Health Affairs, o el pasado mes de abril en la revista de oncología de la Asociación Médica Estadounidense, donde se analizó la evolución del precio de 32 medicamentos contra el cáncer, concluyendo que el valor medio de un nuevo medicamento pasó de 1.800 euros en el año 2000 a más de 10.000 en 2014.
La Secretaría General de las Naciones Unidas convocó el pasado noviembre un Panel de Alto Nivel sobre innovación y acceso a tecnologías de la salud con el fin de encontrar soluciones para las dificultades de acceso a los medicamentos, tanto en los países en desarrollo por la falta de acceso a servicios médicos básicos, como en los desarrollados, ante la amenaza creciente de la sostenibilidad de los sistemas sanitarios por el alto precio de los fármacos y las políticas de austeridad.
El resultado de este análisis ha visto la luz este mes de septiembre a través de un informe que ofrece recomendaciones y propuestas para cambiar un sistema de I+D farmacéutico, tratando de superar la brecha entre el beneficio de la industria farmaceútica y la falta de atención a millones de personas en el mundo.
El informe incluye una reflexión en profundidad sobre aspectos fundamentales en la industria farmaceútica y el acceso universal a la sanidad, como la propiedad intelectual, la inversión y el modelo de innovación sanitario, la transparencia en la investigación farmaceútica y los ensayos clínicos, un modelo más abierto de comercialización, y el impulso de la colaboración en el sector.
El Panel, en cumplimiento de las disposiciones contenidas en la Declaración de Doha y del art. 27 del Acuerdo sobre Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (ADPIC), recomienda la necesidad de aplicar definiciones rigurosas de lo que es una invención y su patentabilidad, con el objetivo de limitar el “evergreening” o reverdecimiento, una práctica habitual de la industria farmacéutica con la que, a través de variaciones mínimas en la formulación de medicamentos ya patentados, consiguen nuevas patentes que les permiten mantener el monopolio sobre éstos.
Como abordábamos en Agora, hace unas semanas, a través de los artículos de Iván Herrera y de Germán Velásquez, el panel de expertos recomienda la transparencia en el proceso de fijación de precios de los medicamentos, a través de la publicación de costes de investigación y desarrollo, de la producción y comercialización.
Respecto a la financiación pública, el informe recomienda
- transparencia para cualquier financiación pública recibida por los fabricantes en el desarrollo del medicamento, incluidos los créditos fiscales, subsidios y subvenciones.
- la exigencia por las autoridades gubernamentales de que el conocimiento generado con inversión pública se comparta a través de modelos abiertos y colaborativos, y la publicidad abierta de los trabajos de investigación financiados con cargo a fondos públicos.
- la promoción de un acuerdo internacional en el seno de la Organización Mundial de la Salud, para lograr un acuerdo global de I+D y el impulso del delinkage, esto es, de la desvinculación de los costes de investigación de los precios finales de los medicamentos.
- mayor financiación pública de I+D y la puesta en práctica de mecanismos innovadores de financiación, como el impuesto sobre transacciones financieras internacionales.
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