
Alfonso Rodríguez Maroto
8 de diciembre de 2019
Sabemos que los retos del mundo actual, globalizado, son enormes; y que todos nosotros -ciudadanos, entidades públicas y empresas- debemos aportar soluciones de una manera responsable.
La cooperación internacional y la acción social necesitan personas, entidades y empresas que colaboren en el desarrollo económico y humano. Entre las personas, destacar a Mohamed Yunus, profesor de economía y creador del “banco de los pobres”. Yunus vio que muchas mujeres de la India no tenían acceso a los préstamos de los bancos. Por ello, creo banco de los pobres , para que las mujeres pudieran acceder a un pequeño crédito y poner en marcha sus iniciativas para generar sus ingresos.
Pero, además de estas personas solidarias, quiero destacar el papel fundamental de las empresas. Para afrontar los retos actuales, son esenciales las donaciones, patrocinios y apoyo en especie de las empresas, grandes o Pymes. Con el apoyo del sector privado podemos financiar nuestros programas y proyectos, patrocinar eventos deportivos y sociales y sensibilizar al resto de entidades y a los ciudadanos .
Son múltiples los sectores donde las empresas pueden colaborar: apoyar una educación de calidad, cubrir el coste de unos servicios básicos, apoyar los programa de empleo de Caritas, cofinanciar alquileres sociales para familias desfavorecidas, etc.
Somos muchos los que nos hacemos esta pregunta: ¿Cómo podemos acabar con la pobreza y reducir la desigualdad dónde vivimos?
El verano pasado se cumplió el 50 aniversario de la llegada del hombre a la Luna, lo que fue un hito excepcional, al lograrse un desafío humano que nos parecía imposible.
Hoy -cincuenta años después de la llegada a la Luna-, nuestro desafío global sigue siendo enorme, cuidar nuestro planeta, apoyar a los más vulnerables y fomentar sociedades más justas.
Cuando pensamos en el papel de las empresas, en su apoyo a las causas sociales, cuando hablamos de su Responsabilidad Social Corporativa (RSC), parece que no centramos mucho en las grandes compañías y en las iniciativas globales; dejando a muchas medianas y pequeñas empresas en un segundo plano . Y es cierto que si las Pymes tienen menores recursos económicos, pero, los estudios nos dicen que aquellas empresas que son solidarias, que asumen una responsabilidad social con sus ciudadanos, han afrontado mejor las dificultades económicas de los últimos tiempos.
Son las empresas que apuestan hoy por una gestión responsable de su negocio, las que logran al mismo tiempo mejorar su imagen de marca y fidelizar a sus clientes.
Y si nos centramos en un colectivo especifico, como son los “millennials” -los jóvenes nacidos a partir de los años 80-, apoyan que se produzcan cambios profundos en las empresas, para que estas sean más sostenibles, más eficientes y más cercanas a los ciudadanos de su comunidad local.
Si nos centramos ahora en las empresas, podemos preguntarnos ¿qué incentivos tienen las empresas para colaborar económicamente o en especie con las entidades no lucrativas?
Bien, hay numerosas razones para hacerlo:
– Atraer a nuevos clientes y fortalecer su imagen de marca.
– Diferenciarse positivamente de la competencia.
– Promover entre sus empleados y accionistas el “orgullo de pertenencia” a dicha empresa.
– Y, … mejorar su fiscalidad: al acceder a las deducciones y desgravaciones fiscales por sus aportaciones.
Empresas que se juntan a otras entidades y actores para poner fin a la pobreza, facilitar un acceso a empleos dignos, reducir las desigualdades y combatir el cambio climático (Objetivo 17 de los ODS).
Todos sumamos: Los gobiernos, el sector privado, los científicos, el mundo académico y la sociedad civil .
Hablamos de donaciones y acuerdos de colaboración con bancos, aseguradoras, empresas de energía, pymes, despachos profesionales, comercios y tiendas de alimentación, etc. Empresas que están apoyando deporte inclusivo, el acceso al empleo de mujeres y jóvenes, de parados de larga duración, de personas discapacitadas; colaborando para que personas desfavorecidas puedan acceder a viviendas dignas, etc.
¡No hay duda alguna! El sector privado tiene un rol esencial, potenciando alianzas con el sector público y las ONGs, con las universidades y la sociedad civil, apostando por la sostenibilidad económica, social y medioambiental .
Estas prácticas, conocidas como la “triple cuenta de resultados”, persiguen incorporar a los reportes financieros, los impactos socioeconómicos de las actividades empresariales y su desempeño medioambiental.
Este es un nuevo modelo de empresa, es la Empresa Responsable y Sostenible .
¿Cómo pueden contribuir al bien común las distintas empresas?:
– Con buenas estrategias de responsabilidad social.
– Fomentando el diálogo con los distintos grupos de interés (clientes, trabajadores, accionistas, proveedores y con su comunidad local).
– Facilitando que sus trabajadores participen en actividades de voluntariado social.
– Colaborando en jornadas solidarias, eventos y acciones de captación de fondos.
– Cooperando también con los países menos avanzados, transfiriéndoles su conocimiento, su capacidad científica y sus tecnologías.
¿Concretamente, como pueden entonces ayudar a las entidades no lucrativas?
- Ingresos en metálico (ej: con Donaciones, patrocinios, marketing con causa ,..)
- A través del Mecenazgo cultural, educativo, científico, sanitario…
- Mediante la cesión de sus espacios y locales (ej: para presentar una exposición fotográfica,..)
- Con la formación y el asesoramiento pro bono de sus trabajadores.
- Concediendo tiempo libre a sus trabajadores para realizar voluntariado.
- Ofreciendo visibilidad a las causas sociales en sus web y en sus newsletter.
Los empresarios y directivos deben conocer que en el año 2015 se aprobó en España un atractivo marco fiscal -con importantes desgravaciones y deducciones para las empresas-, que está logrando aumentar los donativos de particulares y empresas.Para aquellos que lo deseen, la Asociación Española de Fundaciones elaboró una sencilla infografía -muy didáctica- que ayuda a conocer las características de este nuevo marco fiscal .
¿Qué podemos hacer cada uno de nosotros? Podemos animar a nuestros conocidos y familiares para que las empresas donde trabajan sean más solidarias con Caritas y con otras entidades de acción social. Podemos colaborar con las empresas para contarles nuestras causas sociales y solicitar el apoyo de sus trabajadores y directivos. Podemos darnos de alta como socios de Caritas y colaborar en sus programas de voluntariado.
Hoy ya sabemos que existen suficientes recursos para Todos y que juntos -ciudadanos, empresas y gobiernos-podemos acabar con la pobreza y con la desigualdad.
Me gustaría terminar este articulo recordando estas palabras de ROBERT F. KENNEDY- candidato a presidente de los Estados Unidos, en 1968-:
«Algunos hombres ven las cosas como son y preguntan ¿Por qué?
Yo sueño con cosas que nunca fueron, y me pregunto ¿Por qué no?”.
Alfonso Rodríguez Maroto
Alianzas Público-Privadas – RSC/ODS
Cooperación al Desarrollo y Acción Social
Dirección y gestión de fundaciones
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