
El último Consejo Europeo sobre Medio Ambiente celebrado la semana pasada adoptó la decisión de recortar las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) de la UE en un 50 % para 2050. La reunión extraordinaria del Consejo de Medio Ambiente tuvo por objeto defender la posición de la UE de cara a la Conferencia de las Partes (COP) sobre Cambio Climático que tendrá lugar en París el próximo diciembre, la COP 21.
La UE considera que es crucial para el acuerdo de París proporcionar un camino claramente definido dirigido a lograr el objetivo de mantener el aumento de la temperatura terrestre por debajo de los 2 °C. Así, las emisiones de GEI deben alcanzar su pico como tarde en 2020, reducirse en al menos un 50 % en 2050 en comparación con 1990 y estar cerca de cero o por debajo en 2100. Cuando se utiliza 2010 como año base, el objetivo de lograr una reducción del 50 % se traducirá en un 60 % en 2050. Este valor también fue utilizado por la Comisión en su Comunicación de París del pasado febrero y está en consonancia con la Declaración de junio por el G-7, así como con el objetivo de los países miembros de la UE de reducir conjuntamente sus emisiones entre un 80 y un 95 % para 2050 respecto a 1990.
Compromisos de las partes y revisión continua
Desde la CE reconocen que «es probable que los objetivos de reducción de emisiones declarados en París no serán suficientes por sí mismos para alcanzar el objetivo a largo plazo. Por otra parte, solo cubren un periodo de cinco o 10 años a partir de 2020. Por tanto, es esencial que los países se reúnan regularmente cada cinco años para examinar y fortalecer los objetivos de emisión a la luz de los últimos avances científicos y los progresos realizados hasta la fecha».
Todas las partes deben estar obligadas a presentar compromisos nuevos o bien a actualizar los existentes sin que dicha actualización suponga un detrimento respecto a los anteriores niveles de compromiso, o volver a presentar los ya existentes.
Adaptación y financiación para el clima
La UE considera que tanto la reducción de emisiones como la adaptación serán esenciales para gestionar y reducir el riesgo de efectos adversos del cambio climático, incluyendo abordar el riesgo de pérdidas y daños.
Por otro lado, los Estados miembros reconocen el papel crucial que la financiación climática jugará en la transición global hacia un mundo bajo en carbono. Así, mantienen su compromiso con la ampliación de la financiación del clima con el fin de contribuir en la consecución de la meta de los países desarrollados de movilizar conjuntamente 100 000 millones de dólares por año a partir de 2020 con el apoyo de un amplio abanico de fuentes públicas y privadas.
Las disposiciones financieras en el nuevo acuerdo deben ser capaces de adaptarse a las cambiantes realidades y necesidades al reflejar la evolución de las capacidades y responsabilidades de las Partes.
Se hace también hincapié en la importancia de involucrar a los actores no estatales (empresas, ciudades y organizaciones), en particular a través de la Agenda de Acción de Lima París -una iniciativa de las Presidencias de la COP peruana y francesa destinadas destinada a catalizar la acción de múltiples partes interesadas-.
Fuente: Comisión Europea.
*Imagen de Flickr bajo licencia Creative Commons de Uwe Hermann
Deja un comentario