
23 de Noviembre de 2016
La UE dejará de comerciar con ciertos minerales de zonas en guerra en 2021
Las instituciones de la Unión Europea alcanzaron el martes 22 de noviembre un acuerdo para dejar de financiar indirectamente a grupos armados en países en desarrollo a través del comercio de minerales como el oro, el estaño, el tungsteno y el tantalio, los llamados Minerales de Conflicto, que se usan como componentes de coches, móviles o joyas.
La regulación, que tendrá que ser aprobada por el pleno del Parlamento Europeo, garantizará el origen «sostenible» de más del 95 % de las importaciones de esos minerales y metales a la UE a partir de enero de 2021, según la Comisión Europea. El acuerdo de la UE solo examinará a las empresas que trabajan con minerales brutos, y no a aquellas que importan productos acabados basados en esos mismos minerales y contempla obligaciones para las industrias extractivas y de refinado de los minerales, y deja exentos a los pequeños importadores. Dentro de este ámbito, el acuerdo obligará a estas empresas a tomar medidas de diligencia debida para prevenir que su comercio esté ligado a conflictos o abusos contra los derechos humanos.
Además, la CE revisará las prácticas de las últimas empresas de la cadena productiva, es decir, aquellas que utilizan los minerales en sus productos.Las compañías podrán también informar a los reguladores nacionales sobre sus buenas prácticas, de forma que la CE podrá publicar después un listado de importadores responsables.
Las autoridades competentes llevarán a cabo verificaciones para garantizar que los importadores» de la UE cumplen con la legislación y no fomentan comercialmente conflictos armados. Bruselas se compromete además a ofrecer ayuda técnica a pequeñas y medianas empresas, por ejemplo indicando cuáles son los conflictos a los que afecta la normativa y las áreas geográficas de alto riesgo y reforzará la ayuda al desarrollo y la acción exterior europea para asegurarse de que las medidas son efectivas y que generan un «impacto positivo».
El acuerdo adoptado es más débil que la propuesta inicial del Parlamento Europeo de junio de este año, pero en general, las organizaciones de la sociedad civil han mostrado su valoración positiva de una regulación que debe contribuir a reducir la violación de derechos humanos.
No obstante, para Amnistía Internacional, las principales críticas al acuerdo son:
- solamente las empresas importadoras de minerales y metales en bruto estarán obligadas a identificar sus cadenas de suministro;
- se establecen asimismo unos umbrales de cantidad de mineral importado innecesariamente altos, para que la regulación sea obligatoria;
- se permite que las empresas externalicen en esquemas industriales la vigilancia de sus cadenas de suministro;
- se confeccionará una lista de refinerías responsables de las que los metales requerirán una evaluación limitada,
- La diligencia debida respecto de las cadenas de suministro de minerales no pretende disuadir del abastecimiento en zonas frágiles y de alto riesgo, sino que trata de alentar y facilitar un comercio más responsable y transparente con estas regiones.
Imagen. Amnistía Internacional
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