
16 de octubre de 2019
Oscar Angulo
La Globalización es un fenómeno que afecta a todos los aspectos de la actividad privada y pública, siendo ya un hecho irreversible. Es por esta razón que se deben buscar soluciones integradas y pactadas a los problemas globales, siendo uno de ellos las Alianzas Público-Privadas (APP).
Bajo dicha visión y a diferencia de otras propuestas para enfrentar la pobreza y desigualdades planteadas en décadas pasadas, la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible (2015)[1] posiciona un reto bidireccional para los estados y para los organismos internacionales de desarrollo, ya que se constituye en una guía de referencia para el trabajo de los próximos 11 años. Esta Agenda 2030, que incluye 17 objetivos y 169 metas, plantea una visión ambiciosa del desarrollo sostenible e integra las dimensiones económica, social y ambiental en un escenario donde el sector privado asume un rol protagonista.
En consecuencia, y para la implementación de la Agenda 2030, se requiere la movilización de todo tipo de asociaciones, tal como se plasma en el objetivo 17 de los ODS. Como una opción realista al concepto de asociación, que reúne a los gobiernos nacionales y subnacionales, al sistema de las Naciones Unidas, al sector privado, a la sociedad civil, a la academia y a otros actores y que moviliza todos los recursos disponibles para complementar con las estrategias y planes de desarrollo de sus países o regiones.
Dicha premisa es asumida por el sistema financiero boliviano, ya que la Ley 393 “Ley de Servicios Financieros” establece que dichas entidades deben “cumplir la función social de contribuir al logro de los objetivos de desarrollo integral para el vivir bien, eliminar la pobreza y la exclusión social y económica de la población”. Bajo esta normativa que promueve la acción social de entidades financieras, los bancos miembros de la Asociación de Bancos Privados de Bolivia (ASOBAN)[2]han tomado la decisión de realizar la primera sistematización de todos los proyectos de Responsabilidad Social Empresarial (RSE) implementados hasta diciembre de 2018 en el marco de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), los mismos que están enmarcadas en el compromiso del sector privado para la contribución al desarrollo mundial y lucha contra la pobreza previsto en el Pacto Global[3]
Sistematizar por primera vez en Bolivia todos los proyectos que implementan los bancos miembros de ASOBAN, contribuye al establecimiento de una línea base que permite a los bancos diseñar nuevas estrategias para que, de manera individual o colectiva con aliados públicos o privados, puedan incidir sobre uno o varios de los ODS.
En este sentido, se considera a los ODS como una guía o un mapa que permite a las bancos identificar si además del impacto social, económico y medioambiental que tienen sus acciones de RSE, aportan un valor adicional a la sociedad, lo que consecuentemente fortalece la reputación y sus relaciones con los distintos actores públicos y privados de Bolivia.
Para este fin, la metodología aplicada permitió conocer las siguientes variables relacionadas a los proyectos de RSE:
- la cantidad de proyectos vigentes y su relación con los ODS,
- el tipo de enfoque aplicado (rural y/o urbano),
- cobertura geográfica,
- perfiles de beneficiarios, antigüedad, tipo de aliados con los que se ejecutan los proyectos
- y la cuantía de los recursos destinados a la inclusión y acceso al crédito.
Adicionalmente, se puede analizar el tipo de indicadores utilizados para el seguimiento y evaluación, así como el grado de aplicación del enfoque de género en las acciones. Toda esta información permite identificar fortalezas y debilidades que deben ser reforzadas mediante decisiones estratégicas y de mejora de las capacidades institucionales de las áreas de RSE de los bancos.
En primera instancia, el estudio evidencia que las iniciativas sociales de la banca se centran en los siguientes ODS:
ODS 1: Fin de la pobreza
ODS 4: Educación de calidad
ODS 8: Trabajo decente y crecimiento económico
ODS 10: Reducción de las desigualdades
ODS 17: Alianzas para lograr los objetivos
Se explica esta tendencia principalmente por el sentido estratégico de los bancos de incluir a la población de escasos recursos, y en particular a los jóvenes, en la dinámica económica del país, logrando en primera instancia romper el ciclo de pobreza que se transmite entre generaciones, lo cual se logra a través de la formación y capacitación de adolescentes y jóvenes emprendedores sobre conceptos y prácticas financieras que les permitan su inserción en el mercado laboral o generar su propia empresa y acceder al crédito en condiciones flexibles, cuyo efecto reduce la brecha de desigualdades entre otros colectivos sociales, resultado que no se obtendría si no fuera por las alianzas con actores que cuentan con conocimientos técnicos y de gestión que permiten alcanzar territorios y/o beneficiarios de manera eficiente y eficaz.
Por otra parte, la sistematización constató una cartera de 55 proyectos implementados hasta el 2018 por diez bancos, cuyas orientaciones sectoriales y objetivos se relacionaron con 15 de los 17 ODS[4].
Los resultados de los datos recolectados arrojaron que los principales beneficiarios son los jóvenes y la población adulta, que predomina el enfoque urbano de los proyectos sobre el rural, que la mayoría de los proyectos tienen una cobertura que supera tres departamentos, que la ejecución de los proyectos se la realiza a través de alianzas con ONGs o Fundaciones y a través de intervenciones directas de los propios bancos y que la mayoría de los proyectos tienen una vigencia de ejecución que superior los 3 años.
El aporte subyacente de este ejercicio proporciona un valor agregado tanto para la banca boliviana como para el sistema multilateral internacional:
a) Para la banca asociada, este estudio es una fuente de información que establece una base de datos que enriquece sus capacidades institucionales para el diseño de herramientas que orienten a los bancos en la implementación de iniciativas de inclusión financiera con un enfoque social a través de todos los servicios y/o proyectos de RSE ofertados a los consumidores financieros y población en general.
b) En lo que respecta a la relación con Naciones Unidas, el estudio es un aporte al diálogo y debate que se tiene en Bolivia sobre los ODS, ejercicio que lo coordina el Pacto Global a través de sus mesas temáticas establecidas el 2018. Asimismo, este ejercicio se consolida como un “caso exitoso” que pueda motivar a otros actores públicos y privados a profundizar y vincular sus actividades con los ODS.
[1] Aprobada durante la Asamblea General de las Naciones Unidas (septiembre de 2015) por sus 193 Estados miembros.
[2] ASOBAN esta compuesta por los 11 principales bancos de Bolivia.
[3] El Pacto Global (PG) es una iniciativa voluntaria de Naciones Unidas que se consolida el año 2010, en la cual las empresas se comprometen a alinear sus estrategias y operaciones con diez principios universalmente aceptados
[4] No se identificaron acciones en los ODS 7 y 14
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