
El movimiento Maker o DIY (Do It Yourself, hágalo usted mismo) es un movimiento ciudadano a nivel mundial. En el que cualquier persona pueda fabricar y crear sus propios productos con la ayuda de la tecnología y de los conocimientos que otros han compartido a través de redes sociales. Se podría pensar en los “makers” como la generación web creando cosas físicas en lugar de sólo pixeles en las pantallas.
Chris Anderson uno de los impulsores del movimiento y CEO de 3D Robotics, define el movimiento Maker como una “democratización web del poder de manufacturación”. Cualquier persona puede crear, independientemente de que tenga estudios o de su nivel de conocimiento. Anderson define el movimiento Maker como una tercera revolución industrial, donde cualquier ser humano es responsable del proceso de fabricación, utilizando los elementos que tenga a mano.
Con este nuevo movimiento ¿podemos afirmar que se ha democratizado la innovación? ¿Y la producción?
En palabras Jeremías Owyang, analista de la industria tecnológica, el movimiento maker pone el poder en las manos del pueblo para financiar, diseñar, prototipar, producir, fabricar, distribuir, comercializar y vender sus propios productos. Y es posible gracias a tres hitos importantes:
-Aparecen en el mercado las herramientas digitales “de escritorio” para la fabricación y el diseño, como son las impresoras de 3 D, cortadoras de láser, escáner de 3D y el software CAD. Todas ellas en tamaño personal y a precios muy razonables.
-A la par se hicieron los diseños colaborativos, que se comparten libremente y en abierto por las redes sociales. Los makers trabajan juntos en línea a nivel mundial. Redes sociales, listas de correo, foros y sitios web especializados les permiten formar comunidades y colaborar, compartir sus resultados y repetirlos de nuevo para alcanzar nuevos niveles de desarrollo.
-La irrupción de las fábricas de alquiler. Además de inventar, y prototipar es necesario que se comercialice el producto que se diseñó por ejemplo en el hogar o en un Centro Maker, más adelante hablaremos de ellos. Hoy día las fábricas del mundo son cada día más accesibles desde la web, gracias a la producción y diseño digital muchas fábricas del mundo son flexibles y permiten hacer pedidos en línea, con tarjeta de crédito para lotes de cualquier tamaño.
Por tanto, este movimiento a través del uso de la utilización de herramientas de fabricación digital de bajo coste, como las impresoras 3D, las cortadoras de vinilo, etc, y los archivos digitales que pueden ser compartidos por la red, pone el poder en manos de gente corriente: a través del capital inicial de sitios de crowdfunding como Kickstarter, centros de fabricación barata, el envío internacional y servicios de distribución de comercio electrónico como Etsy y Quirky ayudarán a los makers a comercializar sus creaciones.
Se produce por tanto un cambio en la producción y una modificación sustancial de la distribución del poder empresarial. Al desbloquearse los medios de producción, es posible que los fabricantes individuales puedan competir y tener éxito contra las grandes corporaciones tradicionales. Las ideas y la creatividad pueden hacerse tangibles más fácilmente, pasar de ideas a prototipos y a productos en el mercado es factible para cualquiera.
¿Cuáles pueden ser las implicaciones de la economía Maker?
-Por un lado, el movimiento Maker es una apuesta por la sostenibilidad de nuestro sistema productivo. Antes de la revolución industrial, diseñábamos en local, fabricábamos en local y consumíamos en local. La revolución industrial y la globalización lo cambiaron todo. Generalmente, seguimos diseñando en local, producimos fuera, y consumimos en masa.
Ahora, con el movimiento Maker, el diseñador, fabricante y consumidor pueden ser una misma persona. Al estar implicado el consumidor en la producción suele haber más compromiso, lo que deriva con más facilidad en un sistema productivo y de consumo más sostenible, fomentando la creación de un consumidor consciente.
-Además el movimiento Maker podríamos considerarlo parte de la economía colaborativa, faculta a las personas a construir sus propios bienes en su comunidad y ofrecerlos a los demás en un mercado global. Se comparten los diseños en red y las herramientas digitales también, aquí partícipes y dueños suelen coincidir.
-Para Fran Florez, socio de Red Door Lab y responsable del Centro Maker de Gijón (Asturias), los makers jugarán un papel protagonista en la Economía Circular, puesto que en una economía de la sostenibilidad, el aprovechamiento de los recursos y el uso de herramientas de fabricación digital permitirá el uso eficiente de todos los materiales desde la cuna a la sepultura.
– Los makers ya no hablan de producción en masa, sino de customización en masa. Y esto pude derivar en que cada vez más se les pida a las marcas que fabriquen modelos diseñados por nosotros mismos. Además la filosofía del maker es la de cero desperdicios, y fabricar sólo cuando hay necesidad en contraposición a la actual cultura del consumismo y de la producción en masa. Eso no quiere decir que se elimine el sistema productivo actual, sino que este modelo será demandado por una parte de la población en un futuro no muy lejano y tendrá que formar parte de la oferta de las grandes empresas, como valor añadido para los clientes más sostenibles.
-La Economía Maker impulsa nuevos riesgos, la tecnología de impresión 3D aumenta la exposición a las infracciones por la propiedad intelectual, riesgos medioambientes y contra la salud provocados por los materiales utilizados para la impresión.
– El movimiento Maker también es una propuesta para un cambio en el modelo educativo, mediante la educación STEAM, que ayuda a los jóvenes a enfocar la educación de un modo práctico que les ayude a generar ideas que representen soluciones a problemas de sociedad. En un mundo donde la creatividad y el diseño son críticos en todos los niveles, la educación sale rápidamente la palestra. La economía Maker mejora las instituciones educativas tradicionales, ya que el foco del aprendizaje se sitúa en la experiencia basada en la práctica y el aprendizaje, desplazando a la teoría. Este nuevo modelo se basaría en la colaboración y la cultura del compartir conocimientos permitiendo a los individuos crear experiencias educativas adaptadas a sus propias necesidades.
¿Qué experiencias Maker tenemos en España?
Son muchas y variadas, aquí vamos a resaltar aquellas que tienen como pilar la democratización de las herramientas digitales y la enseñanza del uso de estas a cualquier persona que lo desee.
En primer lugar, en Gijón (Asturias) encontramos el primer Centro Municipal Maker.
Inaugurado el pasado mes de marzo, el Centro Maker se ha convertido en todo un referente para emprendedores y pequeñas empresas de Gijón.
Se trata de un centro de fabricación digital equipado con impresoras 3D, Plotter de corte de vinilo, cortadora láser y plancha térmica, que tiene como objetivo la promoción y divulgación de la fabricación digital y la impresión 3D, utilizando herramientas abiertas, tanto software como hardware. El Centro Maker puede ser utilizado por los emprendedores y las pequeñas empresas de Gijón, y también por cualquier ciudadano/a con inquietudes de maker.
Por las mañanas, en horario de 9 a 14 horas, las empresas y profesionales pueden utilizar las máquinas del Centro, con una reserva previa. El único requisito es hacerse socio del Centro Maker, asistiendo para ello al menos a una sesión con los técnicos del centro para conocer el funcionamiento de las máquinas, todo ello sin coste.
Paralelamente en este Centro Maker se organizan quincenalmente sesiones formativas de dos horas de duración, impartidas a empresas y profesionales de la región, en las que, con un carácter principalmente práctico, se mostrarán las posibilidades de estas tecnologías de fabricación.
Puedes consultar aquí el calendario del Programa formativo anual del Centro Maker 2015.
Este Centro Maker es gestionado por Red Door Lab quienes ofrecen su modelo de Centro Municipal a todas las administraciones locales que lo deseen. Fran Florez, socio de Re Door Lab nos comentaba que es un proyecto totalmente abordable por una administración pública, no supone un reto económico y genera grandes beneficios a la comunidad. Y la implantación es muy rápida y lo tratan como un proyecto personalizado de llave en mano.
En segundo lugar, el proyecto Circolab que lleva la cultura ‘maker’ a las plazas de los pueblos de España en furgoneta.
Durante tres meses, una furgoneta capitaneada por Víctor Díaz, recorre distintos pueblos y ciudades españolas, desde el pasado 18 de Septiembre, tratando de plantar la semilla de la tecnología a su paso. El proyecto recibe el nombre de Circolab y está patrocinado por la empresa española BQ y desplegarán su laboratorio itinerante en sitios tan dispares como colegios, centros cívicos e incluso plazas de pueblos.
Junto a Víctor viajan dos documentalistas que grabarán todo el proyecto, un experto en fabricación digital, y una investigadora en educación y una persona “facilitadora de experiencias”.
La furgoneta blanca de Circolab recorrerá más de 30 poblaciones españolas con actividades para todas las edades. En esta mezcla de circo y laboratorio colaborativo los participantes se sitúan en el centro de todo.
Entre las herramientas que llevan, seis impresoras 3D, un escáner, una dobladora de varillas, una cortadora de vinilos, taladros, soldadores y un sinfín de sensores y placas viajarán alrededor del país a disposición de todo aquel que se acerque al Circolab.
Se basan en el modelo STEAM, que integra el diseño y las artes en la educación con disciplinas como la ciencia, la tecnología, la ingeniería o las matemáticas.
En un futuro no muy lejano, las empresas tendrán que dar respuesta al usuario que desea participar en los procesos de producción. Deberán adaptarse a aquellas personas que no están satisfechas con la simple compra del producto, sino que quieren participar en su creación y darle un nuevo uso en su fin de vida. Los grandes fabricantes deberían comprometerse con esta nueva generación de consumidores. Por ejemplo la empresa Tuperware cuyos productos están en todas las cocinas, o en la mayoría, cuando se estropea una tapa de sus nada baratos recipientes y tenemos que desechar todo el recipiente tirándolo a la basura, la empresa podría compartir sus diseños de tal manera que cualquier cliente con acercarse a un Centro Maker podría hacerse una tapa nueva. Y lo mismo, con piezas del Iphone, el TV…
WEBGRAFÍA
http://we-economy.net/?page_id=447
https://frankdiana.wordpress.com/2014/11/10/the-maker-economy/
https://www.thegrommet.com/blog/the-maker-movement-infographic/
http://dupress.com/articles/a-movement-in-the-making/
http://hacedores.com/ninas-maker/
http://www.ecointeligencia.com/2013/07/conoces-en-que-consiste-el-movimiento-maker/
http://vive00.sanmiguel00.es/2014/04/21/movimiento-maker-que-es/
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