
Los pueblos indígenas encabezan la protesta mundial de desinversión mientras los bancos debaten sobre los Principios de Ecuador
Ha comenzado la reunión anual que tendrá lugar entre el 23 y el 25 de octubre de los 91 bancos que integran la Asociación de Principios de Ecuador (EPA) en Sao Paulo, Brasil.
Este año, la reunión aparece marcada por la campaña de desinversión dirigida por indígenas, Mazaska Talks, que lidera una protesta global de 3 días conocida como #DivestTheGlobe. El lunes, hubo acciones en al menos 44 ciudades en los Estados Unidos y Canadá. El martes y el miércoles, habrá acciones en África, Europa y Asia.
Las protestas están diseñadas para motivar a las personas, instituciones y ciudades a desvincularse de los bancos que financian proyectos con graves impactos para los DDHH o el medioambiente, como los oleoductos de arenas bituminosas. Las protestas cuentan con el respaldo de muchas organizaciones nacionales como 350.org, Rainforest Action Network, Greenpeace y Sierra Club, algunas de las cuales han suscrito una carta en la que prometen boicotear a los bancos hasta que dejen de invertir en arenas alquitranadas.
Como parte de las protestas, Mazaska Talks insta a los bancos a seguir el ejemplo de BNP Paribas, el segundo banco más grande de Europa, que la semana pasada prometió suspender todos los fondos de las empresas cuyo negocio principal son las arenas alquitranadas, el fracking o la perforación del Ártico.
Junto con la campaña de BankTrack, las protestas llaman la atención sobre el hecho de que los Principios de Ecuador no se alinean con el Acuerdo de París y tampoco respetan los derechos indígenas reconocidos internacionalmente del Consentimiento Libre, Previo e Informado (CLPI) en el caso del Oleoducto Dakota Access, Línea 3, Keystone XL, Trans Mountain y otros proyectos de combustibles fósiles en todo el mundo.
Las manifestaciones se producen dos meses después de que la compañía Energy Transfer demandase a Greenpeace y BankTrack por su apoyo al movimiento #NoDAPL que pedía que las personas desinvirtieran de los bancos que financian el Oleoducto Dakota Access. Energy Transfer había recibido financiación para el proyecto asegurando que los bancos habían consultado con la tribu, alineando así el proyecto con los Principios de Ecuador. La consulta es simplemente un intercambio de información, no de consentimiento. Los pueblos indígenas tienen el derecho al consentimiento, reconocido en la Declaración de los Derechos de los Pueblos Indígenas de los Estados Unidos.
Energy Transfer admitió la efectividad de las campañas de desinversión #DefundDAPL en su demanda, señalando que «el daño a las relaciones de los Demandantes con los mercados de capital ha sido sustancial, afectando el acceso al financiamiento y aumentando su costo de capital y la capacidad de financiar futuros proyectos a precios económicos «.
En esta línea el boicot de las ciudades también ha comenzado a ser efectivo. Desde que Standing Rock Tribe aprobase una resolución dando por terminadas sus relaciones con Wells Fargo en octubre de 2016, más de una docena de ciudades han dado un paso adelante desinvirtiendo de bancos que financian este tipo de proyectos.
«Hasta que estos bancos comiencen a invertir en el futuro de la Madre Tierra, llamaremos la atención sobre la injusticia a la que contribuyen y continuaremos utilizando la desinversión como una herramienta para ayudar a poner fin a estas atrocidades«, Rachel Heaton, cofundadora de Mazaska Talks.
«La transición de los combustibles fósiles a la energía verde ya no es una cuestión de rendimiento financiero, sino de voluntad política. Estos bancos no han aprendido nada de Standing Rock o de la Gran Recesión, por lo que nos corresponde a nosotros crear nuestros propios bancos públicos y financiar nuestras propias comunidades «, según Jackie Fielder, organizadora de Mazaska Talks.
«Tenemos derecho a un consentimiento previo, libre e informado de los proyectos que afectan nuestra supervivencia, nuestras culturas y nuestro futuro. Queremos que la comunidad financiera global se dé cuenta de que invertir en proyectos que nos perjudican realmente está invirtiendo en la muerte, el genocidio y el racismo, y tiene un efecto directo no solo en nosotros, sino en todas las personas de este planeta. Tienen la obligación moral de escucharnos, de invertir en proyectos de energía sostenible que traen un crecimiento duradero y trabajos que no se basan en industrias moribundas como el carbón y el petróleo «, afirmó Joye Braun, Organizador de la Comunidad con Red Ambiental Indígena.
“Los mayores bancos del mundo, como BNP Paribas, ING y US Bank, se están alejando de estos proyectos. Es hora de que el resto del sector financiero haga lo mismo «, según Alex Speers-Roesch, activista financiero, Greenpeace Canadá.
Los principales proyectos de infraestructura de combustibles fósiles como Teck Resources Frontier Mine, KXL, Kinder Morgan y Line 3 requieren fondos externos para ser implementados, otorgando a los bancos un papel importante en la configuración de nuestro futuro climático colectivo «, según Ruth Breech de Rainforest Action Network.
«Durante demasiado tiempo las instituciones financieras han escapado a la responsabilidad por las consecuencias de sus inversiones en el mundo real, el tiempo para esa impunidad ha llegado a su fin». «Desde que la ciudad de Seattle rompió sus relaciones con Wells Fargo, ha quedado claro que los bancos pueden perder miles de millones de dólares debido a que financian proyectos que abusan de los derechos de las comunidades indígenas y son un desastre para nuestro clima «, según Alec Connon.
Fuente: elaborado a partir de información de BankTrack
Imagen: Flirck.
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