
Entrevista a Jorge Villalobos, presidente ejecutivo del Centro Mexicano para la Filantropía
El papel de la responsabilidad social de la empresa ha comenzado a tener un creciente protagonismo en la agenda de México, la onceava economía del mundo (FMI, 2014). Más de 660 organizaciones han suscrito los 10 principios del Pacto Mundial de Naciones Unidas, siendo el país con más miembros de América (Estados Unidos, 539 y Brasil, 640) y el tercero del mundo (solo después de España y Francia), con un crecimiento promedio de 12,6 nuevas adhesiones por mes. Las pymes son el grupo más numeroso, con el 39% del total, seguido por empresas grandes, que constituyen el 19%.
La presentación de memorias de Sustentabilidad, también ha crecido en México. En 2013 se presentaron 52 memorias, de acuerdo a las directrices de Global Reporting Initiative (GRI), frente a las 62 de 2014, aunque menos que en otros países de la zona como Argentina que fueron 76 y 116 en Colombia en 2014.
Este año además se cumplen 15 años de la creación del distintivo de Empresa Socialmente Responsable (ESR), una iniciativa del Centro Mexicano para la Filantropía (CEMEFI) que de forma pionera supo vislumbrar un sello único para distinguir a las empresas más comprometidas con el buen gobierno, el medio ambiente y la sociedad. En la actualidad, toda empresa de tamaño grande posee esta marca, y ya son 1.123 compañías, aunque ahora el reto está en incorporar a las pymes y micropymes, el 90% del tejido empresarial. De todo ello y de los retos a 2020, charlamos en esta entrevista con su presidente ejecutivo, Jorge Villalobos, desde la Ciudad de México.
¿En qué se parece el CEMEFI de 2015 al que nació en 1988?
El origen de la organización está en el objetivo de impulsar y apoyar la participación ciudadana a través de organizaciones de la sociedad civil, ya que había muchas pero tenían enormes retos de profesionalización, visibilidad, evaluación y planeación.
Al principio, el CEMEFI se orientó hacia la identificación de este sector a través de un marco teórico muy novedoso hace 25 años, que era buscar sinergias entre empresas, organizaciones de la sociedad civil y gobierno.
Así es como empezamos a vincularnos con las empresas, a las cuales también empezamos a apoyar en la profundización de su responsabilidad social, que en los 90 denominábamos filantropía empresarial, vinculado al “corporate philantrophy” de las fundaciones norteamericanas.
Así que, después de 25 años el CEMEFI está dedicado a dos grandes programas: uno enfocado al impulso de la profesionalización de fundaciones y organizaciones de la sociedad civil, que es muy parecido al motivo por el que nacimos; y otro, centrado en apoyar a la empresa para profundizar su responsabilidad social a través del distintivo ESR, que es una evolución natural.
¿El hecho de que el CEMEFI siga denominándose Centro Mexicano para la Filantropía y que también promueva la RSE no cree que contribuye a mantener la confusión sobre este último concepto?
Lo que nosotros promovemos es un cambio de modelo hacia una visión más estratégica de la filantropía, donde la empresa en vez de tener una acción reactiva a la solicitud de apoyo económico por parte de los diferentes grupos de la comunidad, asume la iniciativa para identificar los temas y las causas en los que quiere incidir con su inversión social.
La filantropía es amor a la humanidad y existe desde siempre; la definimos como toda acción generosa y voluntaria realizada en beneficio de la comunidad sin ánimo de lucro ni interés particular. Esto lo entendemos como la expresión de un impulso generoso y solidario que existe en todos los hombres y mujeres de todos los tiempos y culturas. En este sentido, nosotros promovemos, estimulamos y difundimos la cultura de la filantropía y su organización social que abarca a todas las fundaciones y organizaciones de la sociedad civil. Destaca en este ámbito, el modelo de Estados Unidos, que es uno de los más sobresalientes con cerca de 2 millones de ciudadanos trabajando a favor del bien público.
Por otra parte, el CEMEFI impulsa la profundización de la RSE, para incorporar una nueva visión de negocios a las empresas. Son dos ámbitos diferentes aunque complementarios.
¿Qué significa hoy ser una empresa socialmente responsable?
En primer lugar es una empresa que cumple la ley en su triple dimensión: en lo económico, lo ambiental y lo laboral y además respeta los derechos humanos y es ética en la producción de bienes y servicios y especialmente en los contratos de proveeduría.
El segundo principio es que genera valor compartido, no solo para los accionistas y propietarios, sino para todos los grupos de interés que hacen posible la empresa; en resumen se trata de reconocer la idéntica dignidad de todas las personas que forman y colaboran con la empresa. Cuando hay esta visión la actividad empresarial adquiere otra dimensión, lo que le otorga un valor agregado.
El distintivo ESR nació hace 15 años, ¿cómo ha evolucionado?
El ESR nació para apoyar a la empresa en su profundización de la RSE, para que adoptara una nueva visión de negocios siguiendo un proceso de mejora continua. He comprobado en estos 15 años de existencia del distintivo que esto no significa un gasto adicional, sino un valor agregado.
Desde entonces el número de empresas adscritas no ha parado de crecer, pero en los últimos 7 años ha habido un impulso mucho mayor, con un crecimiento de 20% adicional. Actualmente, 1.123 empresas poseen el distintivo ESR. En 2014, el crecimiento de nuevas empresas inscritas fue de un 40% superior con respecto a 2013. Llegamos a tener 500 nuevas empresas de toda la República demandando el distintivo, de las cuales 400 no alcanzaron los estándares mínimos, siendo también el año que tuvimos más empresas inscritas que no alcanzaron los mínimos
Este crecimiento no sería posible sin los aliados regionales en los estados de la República que se han ido sumando y apoyan para que el distintivo se distinga en todo el país.
Hay que decir que todas las empresas que se inscriben y no alcanzan a documentar su compromiso de Responsabilidad Social el primer año, cuentan con un año más para acabar de sistematizar sus procesos. Porque todo este proceso va dirigido a la promoción de la gestión socialmente responsable, fundamentada en documentos que expresan políticas, prácticas y procedimientos con los cuales actúa la empresa pero no es una certificación.
¿Cuál es la motivación de los empresarios para tener el distintivo ESR?¿Hasta que punto saben qué implica esta nueva forma de enfocar los negocios?
Después de muchos fracasos, hemos descubierto a lo largo de los años que con tan sólo predicar, las empresas no iban a cambiar, porque las empresas actúan siempre por razones de mercado. Por ello, hace 15 años nos preguntamos cómo hacer para que las compañías compitieran entre sí en el mercado en términos de quién es más socialmente responsable y así es como nace el distintivo ESR. Es decir, introducimos la RSE como un elemento de competencia para distinguir a las empresas más socialmente responsables.
Claro que algunas empresas presumen del distintivo pero también las compromete con la sociedad a ser cada vez mejores.
Obviamente habrá empresas que inician estrictamente por razones de mercado, pero una vez que se involucran se comprometen a seguir documentando año con año los indicadores, a partir de referencias comprobatorias, que son documentos que cada año se modifican en un proceso de mejora continua.
El resultado es que hay más de 1.000 empresas comprometidas. En este sentido, pensamos que a estas les conviene actuar de manera responsable para hacer mejores negocios.
Ahorita estamos además en el proceso de que la mayoría de las empresas que solicitan el distintivo son pymes y micro empresas, esto es vía la cadena de valor, ya que las grandes compañías empiezan a involucrar a sus propios proveedores en esta dinámica.
En el caso de las pymes hay una serie de indicadores básicos en cuatro áreas: calidad de vida en la empresa; gestión medioambiental; la inversión en la comunidad y la gestión ética integral, lo que les permite medirse y saber cuáles son sus áreas de oportunidad.
Así pues, independientemente de la motivación original, el proceso mismo de obtención y renovación del distintivo va obligando a tener políticas, prácticas y procedimientos que alinean la gestión del negocio con los principios de RSE.
Hay quienes critican el distintivo ESR por ser complaciente, ¿han retirado el distintivo a empresas?
Tenemos reglas muy claras: en primer lugar, ninguna empresa que esté envuelta en un conflicto público relacionada con la RSE puede inscribirse al distintivo. Segundo, la empresa que obtiene el distintivo se compromete a renunciar a éste en caso de que tenga una resolución judicial definitiva en contra; si cumple con la sanción que les fue impuesta, está obligada al menos durante un año a no ostentar el sello, hasta que revise y mejore sus procedimientos.
Dicho lo cual, nosotros no certificamos nada, somos promotores de una nueva gestión de negocios y de un nuevo compromiso empresarial; somos una ayuda, aunque queremos ser una ayuda a través de indicadores y de referencias comprobatorias que permita a las empresas reducir progresivamente sus impactos negativos y profundizar los impactos positivos que genera en la comunidad.
¿Qué puede aportar México al desarrollo de la RSE en el mundo?
Una metodología: tenemos herramientas de diagnóstico de RSE integradas por indicadores y referencias comprobatorias, con cuestionarios diferenciados para grandes empresas y pymes y estamos empezando a trabajar con cuestionarios sectoriales.
Es un programa exitoso que mide cada indicador con una referencia; ésta puede ser interna y tiene un valor; si la referencia es un documento publicado, se le otorga más valor y si se dispone de un documento acreditado por un tercero, goza el valor máximo. Además nuestros indicadores están alineados con alrededor de 20 estándares nacionales e internacionales.
Además, el CEMEFI otorga el reconocimiento a las 20 mejores prácticas en responsabilidad social de América Latina y México.
El distintivo ESR se está replicando en Perú y el reconocimiento a las mejores prácticas en Uruguay.
¿Hay diferencias sobre la visión de la RSE entre España y México o Europa y América?
Hace años quizá. Europa ponía más énfasis en las personas y los derechos humanos que en América, pero actualmente tanto en Europa como en el resto del mundo se ha alineado la visión sobre los principios generales de actuación de una empresa que quiere ser socialmente responsable. La RS de un empresario es libre y voluntaria; es un punto de partida y no de llegada; me parece que hoy en día es un camino irrenunciable. La empresa que no alinee su gestión a su RSE, en muy poco tiempo va a encontrar dificultades para operar porque está creciendo la conciencia ciudadana, los grupos observadores, la exigencia de los consumidores, etc., y esto ocurre en todo el mundo.
¿Tanto España como México son líderes firmantes del Pacto Mundial y en ambos países la percepción de la corrupción es muy alta? ¿Cree que existe algún tipo de relación entre este deseo de parecer bueno y no serlo tanto?
La corrupción es un problema global, ahí está también Brasil, Argentina… La cuestión es que enfrentamos un problema cultural, ya que existe un entorno que facilita operar ilegalmente incluso teniendo buenas leyes.
La batalla es por la revalorización del cumplimiento de la legalidad.
Ya hay una intencionalidad de cambiar pues la corrupción nos está dañando a todos, así se puso de manifiesto con la firma del Código de Integridad y Ética empresarial (CIEE) por parte del Consejo Coordinador Empresarial (CEE) que agrupa a todas las cámaras y organizaciones empresariales de México, el pasado 29 de enero, al que también se sumó el CEMEFI. Este CIEE es un instrumento de apoyo para prevenir y eliminar actos de corrupción que toma en consideración diversas directrices e iniciativas en la materia de organismos internacionales como el Banco Mundial; la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE); el Foro Global de Gobierno Corporativo; la Caux Round Table; el Foro Económico Mundial; Transparencia Internacional; el Instituto de Basilea de Gobierno Corporativo y el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico, entre otros.
Yo creo que este proceso en el que las empresas se comprometen con la RSE, convierte a éstas en promotoras de esta nueva cultura contra la impunidad y me parece que tendrá impactos serios en la sociedad si lo llevamos adelante.
Díganos un objetivo para 2020.
Que crezca el número de pymes con el distintivo ESR, ya que del millón de sociedades formalizadas que hay en México, el 90% son pequeñas y medianas empresas.
REFERENCIAS
GRI (2015). Base de datos de la Global Reporting Initiative (Fecha de consulta: 15 de septiembre de 2015, http://database.globalreporting.org/search)
CCE (2015): Código de integridad y ética empresarial. Ed. Consejo Coordinador Empresarial (Fecha de consulta, 15 de septiembre de 2015 http://cce.org.mx/ciem/Codigo-de-Integridad-y-etica-Empresarial.pdf
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