
Nottingham es la primera ciudad Reino Unido en imponer un impuesto sobre el aparcamiento de vehículos destinado a pagar por el transporte público.
En 2012, la ciudad comenzó a gravar plazas de aparcamiento de cercanías, y en cuatro años, el nuevo impuesto ya ha servido para financiar dos líneas de tranvía, mejorar la estación de ferrocarril de la ciudad, además de mejorar el soporte para los servicios de autobús, y la gestión del propio servicio de aparcamiento.
A diferencia de otras ciudades que han impuesto esquemas de limitación del acceso de vehículos con «tasas de congestión», como Londres, Nottingham optó por esta vía al considerarla menos costosa y más eficiente.
El establecimiento del impuesto no fue fácil y tras casi diez años de debate, especialmente contra los argumentos sobre el posible traslado de la actividad empresarial hacia otros lugares, el transporte público ha mejorado y actualmente representa más del 40% de todos los trayectos urbanos, y ha ayudado a alcanzar el objetivo de reducción de carbono de la ciudad años antes de lo previsto. También los usuarios de automóviles se benefician de la disminución del tráfico.
Otras ciudades del Reino Unido, como Cambridge, también están considerando una tasa de aparcamiento en el lugar de trabajo, para destinarlos a la inversión en transporte público.
Imagen. City Council Nottingham, wikipedia.
Deja una respuesta