
Juan Carlos Ramiro
13 de junio de 2020
Porque es un protocolo de comunicaciones neutro, que ha creado un nuevo mundo de productos y servicios, muchos de ellos accesibles. Porque es el verdadero motor de la inclusión social. Internet es el medio de transformación social más importante hasta la fecha.
Según la wikipedia, Internet es «un conjunto descentralizado de redes de comunicación interconectadas que utilizan la familia de protocolos TCP/IP, lo cual garantiza que las redes físicas heterogéneas que la componen constituyan una red lógica única de alcance mundial». O según la definición de nuestra Real Academia de la Lengua, mucho menos técnica, «Red informática mundial, descentralizada, formada por la conexión directa entre computadoras mediante un protocolo especial de comunicación». En cualquier caso, es la Gran Vía de la Comunicación moderna.
Efectivamente, Internet es la mayor vía de comunicación que jamás ha conocido la humanidad. Las grandes vías de comunicación siempre han generado profundos cambios cambios sociales y han sido creadoras de riqueza, con la aparición de grandes asentamientos poblacionales, florecimiento de negocios e industria, y multiplicación de servicios para mayor bienestar de los ciudadanos. Los grandes ríos, las antiguas calzadas romanas, las grandes líneas de ferrocarril o las modernas carreteras y autopistas, han hecho proliferar a lo largo de sus riberas, márgenes o cercanías, riqueza y desarrollo, pero también expansión de la comunicación y de la información.
Pero ninguna ha supuesto un cambio estructural y social como la gran vía de comunicación tecnológica a la que hemos denominado internet. Ninguna ha cambiado tanto las sociedades, sus hábitos, sus formas de consumo, de comunicarnos, de estudiar, de cuidarnos o de divertirnos. Y ninguna lo ha hecho, desde luego, tan rápido.
Pero también ha sido el mayor canal de inclusión social que hemos conocido. Porque a través de ella, han surgido decenas de miles, si no millones, de servicios, productos, plataformas y entornos digitales que nos permiten conectarnos de punto a punto de cualquier lugar del mundo en cuestión de segundos. Más importante aún, también ha significado la aparición de decenas de miles soluciones tecnológicas, productos, servicios y entornos que corren a través de internet, pero con criterios de accesibilidad y usabilidad. Soluciones que, a diferencia de cualquier otra, permiten a millones de personas con discapacidad, limitaciones o mayores, niveles de inclusión social nunca vistos hasta ahora. Y aún siendo redundante, más importante todavía, permite afirmar que es el canal para el caso de no existir aún, que permite crear esas soluciones tecnológicas de comunicación, información, trabajo, ocio o acceso a servicios, con criterios de accesibilidad y usabilidad. Internet es el canal, la carretera, el espacio que lo permite, y como tal, es neutro. O debiera serlo. Su importancia radica en la riqueza económica y social que se genera sobre él, al eliminar distancias y barreras físicas.
Cierto es que la mano del hombre tiene mucho que decir, y dejar hacer. Porque si internet es el mayor transformador social y económico creado hasta ahora, necesita, al igual que las carreteras o las vías de ferrocarril, su parte física, su instalación, la implantación de los cableados o sistemas de nodos inalámbricos para llegar a cualquier lugar. Como era necesario el asfaltado en las carreteras o los raíles de acero y hierro, para permitir la circulación de automóviles y avance del ferrocarril. Y precios asequibles, o gratuitos, de productos y servicios creados en torno a internet, para el acceso universal de cualquier persona adecuándose a sus condiciones socioeconómicas. El producto es bueno y neutro, sin duda, pero es el hombre quien tiene el deber de eliminar cualquier discriminación y politización. Anteriormente, la capacidad de trasladarse era el elemento esencial para llegar a los productos y servicios; la gran diferencia con Internet, es que en éste sólo viaja la información y los datos, no la persona, lo que amplifica enormemente la capacidad de inclusión social para millones de personas con dificultades de movilidad, limitaciones sensoriales o mayores.
Creo que podríamos coincidir que el mayor «hijo» que ha dado Internet , o su producto estrella, son las conocidas como páginas webs, o webs a secas. Para olvidarnos de las definiciones técnicas, lo que vemos todos los días a través de nuestro ordenador, tablet o teléfono inteligente, información organizada o maquetada de tal forma que no da a acceso a millones de bancadas de información: periódicos y revistas digitales, comercios on line, servicios públicos y privados, bibliotecas, o más recientemente acceso a servicios multimedia y de entretenimiento.Todo basado en protocolos sencillos para permitir el acceso en remoto a la información. Pues bien, este primer y gran hijo de Internet, la web o páginas de internet, nos traía la sorpresa de que tiene formas para hacerse accesible y adaptativa, en cuanto al acceso y uso de la información contenida en ella, a cualquier persona con independencia de sus capacidades, físicas, sensoriales o simplemente limitativas por la edad. Pero es aquí donde este hijo, la web, necesita de la mano de nosotros para moldearlas y diseñarlas con los criterios de accesibilidad y usabilidad.
¿Por qué, entonces, pienso que Internet es la parte más social de la tecnología?. Sencillamente, porque sin el canal o el medio, que es él, la Web no nace ni existe. Sobre el medio se crea, sin él no existe, al igual que tampoco es posible ninguna edificación sin existencia de suelo.
La eliminación de barreras y distancias físicas y temporales potencia exponencialmente el valor creado por Internet, encontrándonos miles de ejemplos. Especialmente me resulta emblemático, como ejemplo muy fácilmente comprensible, la importancia de la lectura digital y los libros digitales. Para determinada parte de la población, especialmente personas ciegas o con baja visión, dificultades severas de movilidad por causas funcionales o meramente estructurales. Para una persona ciega, la aparición de la tecnología digital en documentos ha significado un antes y un después, pasar de una necesidad de apoyo externa de traducción a braille, a ser autónomo en el acceso a información o educación, y al mercado laboral (si se hacen bien las cosas). Los libros digitales, la lectura digital, sería local y limitada, si no existiera internet. Para personas ciegas o dificultades funcionales de movilidad, sin duda sería importante de por sí. Pero un beneficio restringido a su hábitat cercano. Es internet quien permite un acceso global a la cultura, la lectura o el estudio, estés donde estés y con tus circunstancias.
Internet ha supuesto, además, por primera vez, si se hacen las cosas bien (accesibles y usables), la captación de millones de clientes y usuarios de personas con discapacidad, limitaciones o mayores a sus negocios y servicios. Introdución de millones de personas como ciudadanos activos en la era de la Sociedad de la Información y Comunicación. De forma masiva. Clientes, consumidores en potencia, que entran en el mercado y participan del beneficio económico del sector privado. Y usuarios de servicios públicos, esencialmente, que permiten una mayor eficiencia y eficacia de los mismos, con enorme ahorro del gasto, y verdadera inclusión social. Internet viene a traer la posibilidad de construir mediante la accesibilidad y usabilidad, lo que vendría a ser «la rampa virtual» para eliminar discriminaciones.
Internet ha sido muy prolífico creando una amplia familia numerosa de hijos, los productos y servicios nacidos gracias a él, después de su primogénito la web: el correo electrónico, la mensajería instantánea, la telefonía por internet, las redes sociales, los mapas interactivos, el ocio virtual, o el comercio electrónico, blockchain y aplicaciones de ciberseguridad, o los millones de app’s aparecidas para ser usadas en nuestros teléfonos inteligentes, todas ellas sin sentido si no existiera Internet, la gran autopista de la comunicación.
Toda esta proliferación de hijos nacidos gracias a Internet, han cambiado y están cambiado como nunca nuestra sociedad y nuestras estructuras socioeconómicas. Todos los sectores empresariales, industriales, de formación y educativos, y servicios públicos empezaron a transformarse y a redefinirse. La industria periodística y los medios de comunicación han tenido que readaptarse al nuevo mundo, donde la inmediatez y la comodidad de acceso a la información prima frente a las tradiciones culturales. Como también empieza a notarlo el libro en papel. Lo impreso pierde terreno, por comodidad, y más recientemente por la corriente de concienciación medioambiental. La televisión ha salido de nuestro aparato de salón para meterse en nuestro portátil, tablet o teléfono inteligente, a través de la correspondiente web o app.
De su importancia en nuestros hábitos, en nuestra convivencia, y como elemento permanente, vivo, latente, transformador continuo de la sociedad moderna. No lo habíamos detectado, porque convivíamos con él a bajo nivel, e infrautilizado. Ahora hemos visto que también es práctico, importante, clave y vital en la sociedad moderna. La capacidad de poder acceder a nuevas formas de producción a través del teletrabajo, es un ejemplo evidente de ello. El emprendimiento y los innovadores tienen en Internet su mayor aliado. Como también lo es el detectar, más allá de los corrillos de whatsapp, el potencial social que integra para evitar el aislamiento, así como acceder a la información y servicios en situaciones de confinamiento. La existencia de Internet, en esta crisis, ha conseguido niveles de inclusión digital, a nivel doméstico, desconocidos hasta ahora. Personas que, sin ser profesionales, nunca habían utilizado una videoconferencia, lo han hecho. Y hemos encontrado soluciones para movernos por el Internet, que, sin ser perfectas, sí reúnen los suficientes niveles de accesibilidad y usabilidad para ser usados por personas con discapacidad sensorial, limitaciones y mayores. Impensable hace tan solo veinte años.
¿Por que mantengo, definitivamente, que Internet es la parte más social de la Tecnología?
Porque sin duda, es la nueva Gran Vía de la comunicación, de la información, y de los servicios. Porque ha sido capaz de transformar, en apenas tres décadas, nuestra civilización.Pero sobre todo y ante todo, porque es el medio que puede permitir, la creación de manera universal de productos, servicios y entornos digitales accesibles y usables por todos. No siempre se ha podido, nunca hemos tenido una autovía tan potente para crear beneficio social, y económico. Otra cosa es lo que queramos construir sobre él. Del mismo modo que sobre el suelo, podemos construir un edificio accesible o no.
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