
28 de mayo de 2021
El impacto social se ha convertido en uno de los nuevos mantras en el mundo de la sostenibilidad. Han surgido aceleradoras, startups, y empresas de impacto social ya consolidadas que están cambiando lentamente pero con paso decidido el concepto tradicional de los negocios.
En esta entrevista que abre paso a una serie de iniciativas de impacto social, descubrimos de la mano de Mauro Xesteira, responsable de la aceleradora pública Col·lab, una de las iniciativas más interesantes en el panorama actual de España y de la que está surgiendo todo un ecosistema de emprendedores sociales.
Mauro, ¿Qué es Col.lab y cómo surge la iniciativa?
Col·lab es una aceleradora pública de triple impacto: social, económico y medioambiental. Esto significa que estamos focalizados en apoyar a startups y otras iniciativas emprendedoras que, además de estar centradas en asegurar su viabilidad a medio y largo plazo, también generen un impacto positivo en la calidad de vida de vida de las personas o del medio ambiente.
En la actualidad tenemos tres programas: Pre-Aceleración, Aceleración y Scale Up. El primero está orientado a dar soporte a proyectos emprendedores en fases iniciales; el segundo para startups que ya tienen cierto rodaje y el tercero para empresas que buscan un crecimiento rápido en ventas, trabajadores o que buscan expandirse a otros territorios o internacionalizarse.
Col·lab surge dentro de Las Naves, el centro de innovación del Ayuntamiento de Valencia que depende de la Concejalía de Innovación, como respuesta a la necesidad apoyar a aquellas personas innovadoras que quieren cambiar el mundo a través del emprendimiento.
¿Qué diferencia a Col·lab de otras aceleradoras?
En primer lugar, Col·lab es una aceleradora que ha sido co-creada con personas emprendedoras y personas mentoras con experiencia en otros programas de aceleración y focalizada en promover el emprendimiento de triple impacto. Nuestros programas no tienen ningún coste para las personas participantes y es equity free, es decir, no tomamos parte del capital social de nuestras aceleradas. Tenemos una gran diversidad de participantes en cuanto a su origen, pues en el último año y medio hemos tenido participantes de 15 nacionalidades diferentes.
Por último, nuestra aceleradora está en un edificio espectacular, en el que conviven las startups con personas mentoras y empleados públicos, sin ningún tipo de barreras. En España hay muy pocos edificios donde convivan a diario personal del sector público y startups y que, al mismo tiempo, esté abierto a la ciudadanía y al sector educativo y académico.
¿Qué tipo de apoyo se da a los emprendedores?
Los equipos disfrutan de itinerarios personalizados que incluyen sesiones de trabajo grupal, con orientación práctica; reuniones de mentorización, y charlas especializadas. Ofrecemos mentorización en las áreas de modelización de negocios en entornos inestables (metodología Lean Startup), oratoria, marketing, metodologías de trabajo ágil, tecnología, responsabilidad social, viabilidad y financiación, gestión de equipos y liderazgo, estrategia y asesoramiento legal.
Asimismo, todas las personas participantes disponen de espacios de trabajo; materiales de oficina; conexión a Internet de alta velocidad; visibilización; apoyo en sus relaciones con instituciones y administraciones públicas, y participan en el Demo Day al final de cada programa, en el que se exponen los proyectos que han finalizado con éxito su estancia.
La aceleradora pública Col·lab arranca la cuarta edición de sus programas de aceleración. ¿Cuál es el balance y las lecciones aprendidas en las tres primeras?
En año y medio de funcionamiento, hemos tenido que convivir con la pandemia. El primer confinamiento llegó cuando quedaban un par de meses para terminar nuestra primera edición y tuvimos que pasar de un formato 100% físico al online, lo que nos permitió no dejar de operar en ningún momento. En la actualidad, tenemos un formato mixto, en el que las startups trabajan en Las Naves, con todas las medidas higiénicas y de seguridad, y tanto las sesiones de trabajo grupal como individual son online.
Por otra parte, la pandemia también ha reforzado nuestra idea de la importancia vital que tienen las conexiones personales y la creación de una comunidad sólida entre nuestras startups. En febrero de 2020, pusimos en marcha nuestro sistema de comunicación interno y, en este tiempo, nuestras startups han intercambiado más de 50.000 mensajes. Hemos aprendido que la tecnología es importante para nosotros, pues el entorno de trabajo y los procesos de Col·lab están altamente digitalizados, pero lo que incrementa las posibilidades de éxito de nuestras startups son las relaciones que generan entre ellas y con el resto del ecosistema.
¿Cómo se selecciona a los proyectos que participan en los programas? ¿Veis una creciente concienciación entre los emprendedores por generar impactos positivos?
En Col·lab tenemos dos grupos de personas emprendedoras al año, cada uno acelerados durante seis meses. El primer programa se inicia en mayo y el segundo, en octubre. En cada edición entran 15 startups y la media de personas participantes gira en torno a 50 o 60 personas.
La selección de las startups que participan en Col·lab se realiza a través de convocatorias abiertas, que se suelen abrir a mediados de abril y a principios de septiembre todos los años. No obstante, también tenemos una vía de entrada directa en el programa de Pre-Aceleración para el equipo ganador de nuestro Hackathon de innovación social y urbana Col·lab Weekend y una plaza reservada para aquellas entidades beneficiarias de las subvenciones anuales a proyectos de innovación del Ayuntamiento de Valencia.
Cada candidatura es evaluada por dos jurados. El primero de ellos, compuesto por personal de Las Naves, descarta aquellas que no tienen un componente innovador claro o que no tienen un impacto social o medioambiental relevante. En la segunda fase, un jurado formado por cinco personas, pertenecientes al sector privado, la academia (universidades y centros de investigación) la sociedad civil y el sector público evalúa a las candidaturas que han pasado la primera fase y las ordena según una puntuación decreciente. En este segundo jurado, hay sólo una persona representante de Las Naves.
En cada edición recibimos más candidaturas, por lo que podemos afirmar que cada vez hay una mayor concienciación por la generación de un impacto social o medioambiental positivo.
¿Cuál es la relación de Col·lab con el resto del ecosistema emprendedor?
En primer lugar, Las Naves, a través de Col·lab, forma parte del Mapa de Entidades y Servicios al Emprendimiento de la Comunidad Valenciana, promovido por la Generalitat Valenciana. Asimismo, en este último año, hemos co-creado con otras entidades, diferentes programas de mentorización en habilidades emprendedoras, como ‘Get Ready to Build Your Business’, con Florida Universitaria, o ‘Boost Your Pilot’, con la Universidad Politécnica de Valencia.
Por otra parte, tenemos muy buenas relaciones con las principales asociaciones de empresas y startups, especialmente con aquellas que operan en el ámbito de la provincia de Valencia.
Además, hemos promovido diferentes eventos del ecosistema emprendedor de triple impacto, como es el caso de la ‘B-Tarde Valencia 2021’, del movimiento B Corp, que se ha celebrado recientemente en Las Naves, siendo la primera que ha tenido lugar en España desde que se inició el confinamiento debido a la Covid, en marzo de 2020.
¿Puedes ponernos algún ejemplo de caso de éxito de empresas aceleradas en Col·lab?
Desde que comenzamos nuestras operaciones, hemos tenido equipos que han incrementado sus ventas forma extraordinaria, startups que han reforzado su expansión nacional o internacional, otras han ganado prestigiosos premios internacionales de innovación,… Es complicado destacar el trabajo de unas startups frente a otras, pues la mayoría se han desarrollado extraordinariamente mientras que han estado con nosotros.
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