
La economía circular plantea la necesidad de adaptar el modelo de desarrollo humano a la realidad del planeta de recursos limitados en el que vivimos. Una forma gráfica de describir un modelo que cierra los ciclos de materiales de nuestra economía, reduciendo la demanda de nuevas materias primas y aprovechando los recursos contenidos en los residuos.
Como no podía ser de otra manera la industria del reciclaje ha abrazado rápidamente el concepto: los procesos de valorización de objetos y materiales en desuso son imprescindibles en este enfoque productivo. Y la Unión Europea plantea nuevos objetivos de reciclaje y depósito en vertedero[i]:
- Para 2030 al menos el 70% en peso de los residuos municipales deberán ser reciclados o preparados para reutilización.
- Para envases el objetivo a 2030 es el 80%.
- El límite de depósito en vertedero para 2030 es el 10% de los residuos.
Pero la realidad se impone. Un estudio de la Fundación Ellen McArthur[ii] incorporado por The World Economic Forum en su análisis de la economía del plástico[iii] pone de manifiesto que los flujos de este material siguen siendo fundamentalmente lineales: actualmente sólo recuperamos como nuevos envases un 2% de los envases de plástico puestos en el mercado.
- El 72% de los envases de plástico no se recuperan. Aproximadamente el 32% “se pierde” y acaba abandonado.
- Un 14% se elimina en incineración, una parte indeterminada con recuperación de energía.
- Otro 14% se recoge para su reciclaje.
- De este 14%, un 4% se pierde durante los propios procesos de reciclaje (no puede ser aprovechado y acaba eliminado), un 8% se recicla en aplicaciones de menor valor a la original y sólo un 2% se recicla en plásticos similares a los originales.
En el nuevo paradigma económico afloran ilusionantes oportunidades de negocio, la cuestión es si los círculos de la nueva economía permiten avanzar en sostenibilidad o únicamente son la excusa para animarnos a seguir consumiendo compulsivamente. La información juega un papel clave, tanto en el diagnóstico de la situación actual como en el modo en que tenemos que recorrer el camino hasta los objetivos.
En la entusiasta carrera por explorar las oportunidades de negocio de la economía circular, una escuela de negocios utilizaba su centro de investigación estratégica para publicar el titular, con cierto tirón en la prensa, “Nuestra conciencia ecológica se dispara y pasamos de reciclar un 4,8% al 74,8%”[iv]. El dato choca frontalmente con los de la Unión Europea, según los cuales España solo recicló el 31% de su basura en 2014, por debajo de la media de la UE (44%) y acumuló en vertederos un 58% de los residuos[v].
El baile de cifras no sorprende a quienes trabajan con indicadores ambientales y contrastan la información sobre residuos. El 74,8% es el cacareado dato de reciclaje del que presume la industria del envase de usar y tirar. Ha conseguido implantar en el imaginario colectivo un escenario que se aleja de la realidad de los datos oficiales, con porcentajes de recuperación de residuos de envases que no superan el 13% en el Principado de Asturias[vi] y se quedan cerca del 47% en la Comunidad de Madrid[vii].
Lejos de ser un debate técnico sobre tasas de reciclaje, el diagnóstico sobre la situación en España resulta clave para afrontar tanto los desafíos de la economía circular como uno de los aspectos de las actividades económicas que más impacto tiene en su responsabilidad corporativa.
Colectivamente, la distancia que nos separa de los nuevos objetivos de reciclaje que ha decidido la Unión Europea nos tendrá que llevar a revisar los modelos de recogida de residuos en nuestras ciudades, la forma en la que ponemos en marcha los sistemas de responsabilidad ampliada del productor, cómo controlamos los flujos de residuos para saber que acaban donde deben.
Cada organización tiene que elegir si está en la economía circular que lava la imagen corporativa y hace negocio con incautos ignorantes que compran mensaje positivo o si quiere verse involucrada en titulares sobre peces muertos. La diferencia está en si gestionamos adecuadamente el riesgo o nos limitamos a hacer greenwashing.
Quizá les han pasado desapercibidos los más de 20 incendios que ocurrieron durante 2016 en distintas plantas dedicadas al reciclaje de residuos: el sueño de la economía circular convertido en su peor pesadilla[viii]. A pesar de contar con cierta presencia mediática, el único que realmente ha tenido un seguimiento más profundo es el que se relaciona, precisamente, con la mortandad de peces en el río Henares. Y es que si no hay peces muertos no solemos fijarnos en el impacto ambiental de nuestras actividades.
La legislación de gestión de residuos y sus obligaciones no son ninguna novedad. En España tiene un marco jurídico al que podemos seguirle la pista hasta la Ley 42/1975, de 19 de noviembre, sobre desechos y residuos sólidos urbanos y la Ley 20/1986, de 14 de mayo, básica de Residuos Tóxicos y Peligrosos. Por supuesto, ambas normas están derogadas y han sido sucesivamente superadas y mejoradas, lo que no quita para que todavía sigan vigentes algunas cuestiones de su desarrollo reglamentario[ix].
A pesar de ello es frecuente encontrarse empresas de cualquier tamaño y en cualquier parte de la cadena de valor de los residuos que desconocen el marco legal que les es de aplicación o, lo que es más grave, que eluden las responsabilidades que este les asigna.
Si queremos avanzar en un modelo de desarrollo sostenible basado en la economía circular lo primero que no podemos perder de vista es la jerarquía de residuos: prevenir y preparar para la reutilización están antes que reciclaje. ¿Se acuerdan de las 3 erres? Pues reducir y reutilizar estaban antes que reciclar por un motivo: responsabilidad.
Si diseñamos procesos para que generen la menor cantidad de residuos o si los reutilizamos una vez generados estamos evitando que salgan de nuestras instalaciones. Conviene recordar que la producción de residuos, materias que no tienen valor para el proceso en el que se generan, es un indicador de ineficiencia: pérdida de energía, materiales y talento.
Una vez generados los residuos procede ocuparse de ellos diligentemente. Sí su tratamiento, gestión y eliminación es un coste para la empresa ¿cómo lo reducimos? ¿contratando al gestor más barato? ¿de verdad puede ser más económico llevarlos hasta China que hacer algo con ellos en nuestro país? Como en otros ámbitos, lo barato puede salir caro.
Peces muertos y lodos de celulosa procedentes de la empresa Holmen Paper[x]. No, no ha supuesto una crisis de reputación corporativa. Habiendo políticos de por medio ¿quién va a pararse a pensar que quizá las columnas de humo y los peces muertos están relacionados con la falta de diligencia de grandes empresas? Quizá había alternativas más circulares que mezclar los residuos peligrosos con inertes y llevarlos a enterrar. Tal vez no eran tan baratas.
En el negocio de la gestión de residuos participan muchos agentes distintos, con intereses dispares, compitiendo en un mercado complejo. Multinacionales, empresas familiares, autónomos… Las decisiones corporativas contribuyen a que las condiciones en las que se gestionan los residuos tengan mejores o peores resultados. Podemos conseguir que una botella de plástico se convierta en una nueva botella de plástico, que nos vuelva a la mesa en forma de pescado o que termine contaminando la atmósfera en un almacén ilegal en cualquier rincón del mundo.
Quizá es el tiempo en que las empresas responsables miren también aguas abajo y reflexionen sobre si están orgullosas de lo que hacen con sus residuos ¿tienen datos que permitan contribuir a la trazabilidad y transparencia que necesita la economía circular? ¿puedes asegurar que tus basuras volverán a alimentar el sistema como materias primas o son peces muertos?
[i] Waste: boost recycling, cut landfilling and curb food waste, Parliament says: http://www.europarl.europa.eu/news/en/news-room/20170308IPR65671/waste-boost-recycling-cut-landfilling-and-curb-food-waste-parliament-says
[ii] New Plastics Economy https://www.ellenmacarthurfoundation.org/programmes/business/new-plastics-economy
[iii] The New Plastics Economy: Rethinking the future of plastics https://www.weforum.org/reports/the-new-plastics-economy-rethinking-the-future-of-plastics
[iv] Nuestra conciencia ecológica se dispara y pasamos de reciclar un 4,8% al 74,8% http://www.eae.es/actualidad/faculty-research/nuestra-conciencia-ecologica-se-dispara-y-pasamos-de-reciclar-un-4-8-al-74-8
[v] Más reciclaje para avanzar hacia una economía circular http://www.europarl.europa.eu/news/es/news-room/20170306STO65256/m%C3%A1s-reciclaje-para-avanzar-hacia-una-econom%C3%ADa-circular
[vi] En Asturias tampoco cuadran los datos de gestión de residuos https://www.productordesostenibilidad.es/2017/02/en-asturias-tampoco-cuadran-los-datos-de-gestion-de-residuos/
[vii] ¿Cuántos residuos de envases se reciclan en Madrid? https://www.productordesostenibilidad.es/2017/03/cuantos-residuos-de-envases-se-reciclan-en-madrid/
[viii] ¿Cuántas toneladas de material recuperado se quemaron en 2016? https://www.productordesostenibilidad.es/2017/01/cuantas-toneladas-de-material-recuperado-se-quemaron-en-2016/
[ix] 6 cosas que siguen vigentes del Real Decreto 833/1988 sobre residuos peligrosos http://www.comunidadism.es/blogs/6-cosas-que-siguen-vigentes-del-real-decreto-8331988-sobre-residuos-peligrosos
[x] ¿Cómo funcionaba la presunta trama criminal que provocó el incendio de Chiloeches? http://www.eldiario.es/clm/funcionaba-presunta-criminal-incendio-Chiloeches_0_586191572.html
IMAGEN: Scott Macpherson, cans, Stockvault