
Siguiendo el modelo de otros países escandinavos a la vanguardia de las energías limpias, Suecia anunció a finales de septiembre que invertirá 546 millones de dólares en 2016 para convertirse en la primera nación libre de combustibles fósiles del mundo.
Este objetivo se alinea con el anuncio del pasado año de convertir a Suecia en un estado libre de combustibles fósiles para 2050. Suecia ha sido pionera en iniciativas de energía verde; ya en 2014, produjo aproximadamente dos tercios de su consumo total de energía a partir de fuentes de energías limpias y de baja emisión de carbono.
No obstante, hay que recordar que parte de este porcentaje procede de la energía nuclear, de la que Suecia generó alrededor del 40 por ciento de su electricidad en 2014. El debate nuclear es un tema abierto en Suecia, aunque parece existir un compromiso gubernamental por favorecer la transición hacia energías renovables planificándose el cierre progresivo de los reactores nucleares más antiguos.
Otros países están secundando esta transición energética. Así, a principios de 2015, Costa Rica alcanzó el 100 por cien de la energía producida a través de fuentes renovables, gracias a la energía geotérmica y a las centrales hidroeléctricas.Islandia anunció recientemente que el 100 por cien de sus necesidades de generación de energía procedían de la energía hidroeléctrica, geotérmica y energías renovables nacionales. En 2014, Escocia produjo el 40 por ciento de su energía a través de fuentes renovables.
En otros lugares, este movimiento ha tenido apoyo legislativo. Hawaii, que importa actualmente el 93 por cien de toda su energía, y tiene los precios más altos de la electricidad en los Estados Unidos, aprobó a mediados de este año, una ley para producir el 100 por cien de las necesidades de electricidad del estado a través de fuentes renovables para el 2045, en un esfuerzo por combatir su dependencia energética. Si consiguiera este objetivo, Hawai sería el primer estado de la Unión en depender de energías renovables.
A nivel comunitario, mencionar que la falta de objetivos obligatorios en materia de energías renovables y de eficiencia energética a nivel nacional, pone el foco en el marco de gobernanza de la Unión Europea para asegurar que se cumplan unos objetivos mínimos y cumplir con los compromisos que emanen de la COP21.
En este sentido, el comité de Energía del Parlamento Europeo rechazó ayer (10 de noviembre) la iniciativa de algunos europarlamentarios (Grupo de los Verdes, Liberales, Europa de la Libertad y la Democracia y los Socialistas y Demócratas) de aumentar los compromisos de la UE en materia de clima y energía para el 2030.
Si bien los líderes europeos habían acordado una reducción de emisiones del 40% para 2030 respecto a los niveles de 1990, pero redujeron los objetivos de eficiencia energética y de renovables al 27%. La propuesta de los eurodiputados era conseguir unos objetivos de reducción de al menos el 40% para emisiones de gases de efecto invernadero, de al menos 30% para renovables y de al menos 40% para eficiencia energética. La propuesta fue rechazada solamente con un voto de diferencia, con el apoyo del Partido popular europeo, el grupo de los conservadores y reformistas de la cámara, y el voto de algunos europarlamentarios del grupo socialista.
Este rechazo por parte del Comité de Energía del Parlamento Europeo, compromete la transición energética europea, en el escenario previo a la COP21.
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