
19 de agosto de 2019
Zara la empresa matriz de Inditex, se ha comprometido a utilizar el 100% de los tejidos sostenibles (algodón, lino y poliéster biológico) para fabricar la ropa de la marca para 2025. Del mismo modo, el 80% de las fábricas y tiendas funcionarán en seis años con energía renovable.
Estas medidas de moda responsable no cuestionan sin embargo, el modelo de negocio de la moda rápida y de producción just-in-time pero tienden a una mayor sostenibilidad.
«Nuestra transformación digital y nuestro decidido progreso hacia los estándares de sostenibilidad más exigentes son complementarios y dependen de la eficiencia de nuestro modelo de negocio para ofrecer a nuestros clientes lo mejor en moda de calidad» ,según Pablo Isla, CEO de Inditex.
«La primera etapa, prevista para 2019, se refiere a todas las plataformas y a todas las sedes del grupo para respetar los más altos certificados de construcción sostenible y para que el 100% de las tiendas de Zara sean eficientes (enérgicamente)», explica el grupo.
Economía Circular frente al modelo just-in-time
Aún así, Zara es uno de los símbolos de la moda rápida: un modelo basado en una renovación ultrarrápida de colecciones que genera muchos residuos. Para el grupo, no se trata de cuestionar su modelo de negocio, sino de hacerlo un poco más virtuoso. El próximo año, todas las tiendas del grupo estarán equipadas con contenedores para la recolección de ropa usada para su reutilización o reciclaje con fines benéficos.
«El programa de recolección de prendas es una de las piedras angulares de la economía circular de Inditex», dice el grupo. Desde 2015 se han recolectado 34,000 toneladas de ropa. En algunos países como Francia, están trabajando en leyes para prohibir la destrucción de prendas que se queden fuera de la venta.
La polémica sobre el reciclaje de ropa surgió cuando salió a la luz la quema por parte de Burberry en julio de 2018 de prendas por un valor de 32 millones de euros para proteger su marca, o el stock de prendas no vendidas que H&M acumulaba en marzo del 2018 por valor de 3.800 millones de euros. En una industria que produce más de 85.000 millones de prendas al año; que según un estudio de 2016 de la consultora McKinsey, la producción de ropa mundial se duplicó entre 2010 y 2014 y el número medio de colecciones anuales de las empresas europeas aumentó de dos a cinco entre 2000 y 2011, la economía circular y una fabricación más adaptada a los criterios de sostenibilidad son vitales.
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