Una cooperativa de trabajadoras de la limpieza crea una aplicación para conectar oferta y demanda en Estados Unidos. Proponen una versión con valores de las herramientas de economía colaborativa.
En pleno debate sobre la legalidad de las plataformas de consumo colaborativo y los nuevos modelos de trabajo que el devenir económico en su conjunto trae aparejados, una cooperativa de trabajadores neoyorkina ha venido a dar un golpe en la mesa. Entiéndase lo de ‘golpe en la mesa’ no en su sentido literal, sino más bien como ‘llamada de atención’ o incluso ‘llamada a la acción’, porque la propuesta ya ha superado la fase en papel y está decidida a hacerse realidad.
Coopify propone crear una aplicación móvil para que las personas que necesiten contratar servicios de limpieza a domicilio puedan contactar directamente con quienes los ofrecen. Hasta ahí, pensarán, la novedad es poca. Al fin y al cabo, es a lo que nos están acostumbrando muchas de las herramientas digitales que conectan a conductores y viajeros o a quienes poseen bienes infrautilizados con quienes los necesitan encarecidamente. Sin embargo, créanme cuando les digo que en este caso existen más diferencias de las que a priori puedan imaginar.
En primer lugar, las trabajadoras de la limpieza (porque son todas mujeres) que ofrecerán sus servicios a través de la plataforma son ya socias de la cooperativa de trabajo ¡Sí Se Puede!. Esto significa que son independientes, sí, pero que han unido sus fuerzas para lograr lo que solas no podrían haber conseguido. Son esas socias-trabajadoras quienes deciden juntas cuánto trabajan, cómo lo hacen y a qué precio, poniendo en el centro sus necesidades y las de sus clientes, es decir, a las personas. Y son ellas quienes han diseñado y serán las dueñas de la aplicación: serán sus propias intermediarias.
El modelo se vuelve así revolucionario desde dos puntos de vista. Por un lado, porque crea una aplicación móvil colaborativa regulada (una cooperativa es una forma legal), en la que los trabajadores tienen reconocidos sus derechos. Una empresa que, además, se rige por ciertos principios éticos como la participación igualitaria de los socios, los salarios justos, la conciliación de la vida laboral y familiar, e incluso la protección del medioambiente mediante la provisión de servicios de limpieza ecológicos. Por otro, porque permite que las cooperativas, que durante años han funcionado de esa forma ‘colaborativa’ que tanto se está popularizando (descentralizada, empoderando a los ciudadanos) entren en la era digital –que ya era hora–, ampliando su alcance y adaptando su lenguaje al que la gente habla en la calle.
Tal vez, esa última es la (única) verdadera gran noticia en esta historia –que cooperar para ser dueños de nuestras vidas está de moda.
Coopify ha sido desarrollada por la cooperativa de trabajo Si Se Puede! con la colaboración de un grupo de investigadores de la escuela Cornell Tech y la ONG Robin Hood. Se presentó por primera vez en la conferencia Platform Cooperativism de Nueva York, en noviembre de 2015.
Podéis ver el vídeo de ese evento aquí
Imagen: Coopify
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