El Criptoísmo, la próxima revolución económica
Alejandro Vázquez – Economistas sin Fronteras
15 de abril de 2018
Un espectro se cierne sobre el mundo: el espectro del Criptoísmo. Los poderes del viejo mundo se han aliado para exorcizar ese espectro: un sistema bancario anquilosado, consumido por su propia pobredumbre y una clase política decadente y endogámica, completamente alejada de la ciudadanía, y cuyo único objetivo es perpetuar su “statu quo”.
Seguramente ya estés saturado de tanta información acerca de Bitcoin, Blockchain y similares, sin embargo, ¿te has parado a pensar qué son las criptomonedas?
Pues bien, éstas no son más que una forma de dinero virtual que puede ser usada para realizar pagos y como depósito de valor, pero que, sin embargo, operan al margen del sistema bancario dominante. Se pueden ver como una alternativa al dólar o al oro, o incluso como una commodity, pero lo que ciertamente representan es todo un desafío al sistema monetario FIAT controlado por los bancos centrales.
Cuando hablamos de dinero FIAT debemos tener en cuenta dos cosas: primero, que no nos estamos refiriendo al fabricante de coches italiano y segundo, que este dinero fiduciario no tiene ningún valor de referencia que lo respalde, es decir, que tan sólo se basa en la confianza de que mañana seguirá teniendo valor para nosotros. Su creación es totalmente arbitraria y recae fundamentalmente en los bancos centrales y todo el sistema financiero en su conjunto. El dinero FIAT hoy no es nada más que una anotación contable, un código, un algoritmo, exactamente igual que todo ese conjunto de nuevas criptomonedas, como Bitcoin, Ethereum, Litecoin o Monero y que muchos observan atónitos cómo se revalorizan. Otros, sin embargo, supuestos expertos, declaran que estas criptomonedas no son más que una burbuja que amenaza a la sociedad y que deben ser destruidas antes de que colapsen. Sin embargo, lo que este tipo de afirmaciones temen y esconden es el hecho de que las criptomonedas están reescribiendo la forma en que se crea y utiliza el dinero, transfiriendo el control y los beneficios del sistema monetario de los tradicionales centros de poder al resto de la población.
Aquellos que no quieran ver que cómo Bitcoin y el resto de criptomonedas suponen una desviación radical de los sistemas financieros tradicionales, están aceptando la tiranía con la que hasta ahora se ha instrumentalizado el sistema financiero en beneficio de gobiernos y del propio sistema financiero per se; están aceptando el hecho de que estos poderes fácticos nos conducen inexorablemente por el camino de la servidumbre hacia un futuro de pobreza maquiavélicamente diseñada para nosotros. El verdadero propósito del Criptoísmo no es más que devolver el poder económico a la sociedad, una sociedad que ha estado demasiado tiempo subyugada, de rodillas, sin ni si quiera llegar a ser consciente de que está siendo oprimida.
Pero miremos un poco más allá y examinemos la tecnología que está detrás de estas criptomonedas: Blockchain. Actualmente ésta está siendo utilizada por numerosas agencias y fundaciones de ayuda internacional, tales como Unicef, Naciones Unidas o la Fundación de Bill y Melinda Gates. Los proyectos en los cuales se aplican actualmente Blockchain cubren amplias áreas tales como la protección medioambiental, bancos de alimentos o incluso protección para el voto seguro. Esta tecnología proporciona un mecanismo digital para registrar y visualizar cualquier transacción de forma transparente, operando a través de una red informática descentralizada, en la cual todo el mundo puede participar, y en la que, por la propia naturaleza de su protocolo, el registro de transacciones es prácticamente imposible de ser pirateado o alterado.
Un ejemplo específico de cómo se aplica Blockchain en el campo social es un proyecto realizado recientemente por el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas que proporcionó a los refugiados sirios radicados en Jordania cupones de criptomonedas para comerciar en mercados seleccionados al efecto. La plataforma se utilizó con éxito para registrar y autenticar transferencias para aproximadamente unas 10.000 personas.
Otro ejemplo es un experimento recientemente anunciado como «democracia líquida» y que permite a los usuarios de una aplicación encriptada llamada Sovereign votar sobre cualquier tema. Los creadores de la herramienta, Democracy Earth, desean habilitar una nueva forma de gobernanza global que trascienda las fronteras nacionales y que ayude a consolidar plenamente la democracia como un derecho universal. En el ámbito medioambiental, se está utilizando como sistema de control de la cadena de suministros, siendo sus registros transparentes y no manipulables, para determinar si un alimento es orgánico o no, o si protege el comercio justo, desde el productor hasta su mesa.
Las posibilidades de esta tecnología pueden parecernos ilimitadas, sin embargo, no puede considerarse como una solución mágica para abordar todos los desafíos sociales. La tecnología continuará evolucionando y revolucionando la forma en que las personas interactúan con los diferentes sistemas de todos los sectores. Lo que sí podemos afirmar abiertamente es que sí, la revolución que muchos hemos estado esperando, finalmente está aquí, y ésta debe traducirse en la total separación entre estado y dinero. De igual modo que el divorcio radical entre estado e iglesia cambió nuestra sociedad para mejor, volveremos a presenciar un cambio social de dimensiones similares en base a este nuevo paradigma. El Criptoísmo se puede convertir en uno de los activos más valiosos de la historia, no sólo porque es una forma de dinero más eficiente, sino porque supone la democratización del mecanismo de creación y redistribución de la riqueza misma.
Únicamente a través de la destrucción total del corrupto sistema financiero actual, podremos fundar los cimientos de una nueva sociedad más justa e igualitaria. Una sociedad donde el poder económico esté fuera y más allá del control del estado y del sector financiero.
Seguramente ahora podrás mostrarte escéptico, incrédulo o dubitativo. Pues bien, te daré tan sólo un último dato más: el 95% del total del dinero fiduciario en circulación hoy en día, ya es digital, es decir, no existe físicamente, es tan sólo una anotación contable, como decíamos anteriormente. Por eso hoy lo que en realidad está en juego no es la fiabilidad del dinero digital, sino la posibilidad de formar parte de la revolución o de seguir permitiendo que otros tomen el control de tus finanzas y, por tanto, de tu vida.
Economistas sin Fronteras no se identifica necesariamente con la opinión del autor y ésta no compromete a ninguna de las organizaciones con las que colabora.
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