La fuga de capitales se refiere habitualmente al dinero que sale de los países en desarrollo, normalmente hacia a las economías occidentales. Se considera generalmente que las razones de estas salidas son la diversificación de la cartera de inversiones, el temor a la inestabilidad política o económica, el miedo a la tributación, la inflación o la confiscación. Todos estos factores contribuyen a este fenómeno; sin embargo, la razón más habitual parece ser el deseo de ocultar la acumulación de riqueza. La ONG Global Financial Integrity en su informe Illicit Financial Flows from Developing Countries: 2003-2012 estima que alrededor de un billón de dólares sale anualmente de los países en desarrollo en forma de flujos financieros ilícitos, esto es, dinero que se genera, se transfiere o se utiliza de manera ilegal.
Este informe, el último de una serie de informes anuales de Global Financial Integrity (GFI), ofrece una estimación de la corriente ilícita de dinero mundial, por región y por país durante los últimos diez años de los que se disponen datos ( 2003-2012)
Aunque existe una diferencia conceptual clara entre la fuga de capitales legal e ilegal, según los autores del informe, es difícil distinguirlas estadísticamente. Además, los datos disponibles suelen ser incompletos o han sido registrados erróneamente en las cuentas del país en desarrollo. Este informe utiliza los datos disponibles sin entrar en valoraciones sobre su precisión.
En el estudio utilizan varias metodologías y bases de datos para estimar los componentes tanto legales como ilegales de la fuga de capitales: los modelos del capital especulativo, Dooley y residual del Banco Mundial; la base de datos de la Dirección de Estadísticas Comerciales del FMI; y el sistema internacional de detección de precios (International Price Profiling System). Aplican una serie de filtros y exclusiones a los datos resultantes de estas metodologías, con la intención de presentar estimaciones contundentes.
El estudio revela que entre 2003 y 2012, el mundo desarrollado perdió 6,6 billones de dólares en flujos ilícitos. En términos reales, estos flujos se incrementaron en un 9,4 por ciento anual. Después de una breve desaceleración durante la crisis financiera, las salidas ilegales van en aumento, alcanzando un nuevo máximo de 991.200 millones de dólares en flujos de fondos ilícitos salientes en 2012, que fueron a parar a paraísos fiscales mediante transferencias imposibles de rastrear, redes de empresas superpuestas cuyos rastros se pierden sin poder distinguir el beneficiario final de la maniobra.
Los mayores flujos financieros ilícitos, al igual que en informe anterior, se registran en Asia y Europa. Las regiones de Oriente Medio y Norte de África registran el mayor crecimiento anual. Los cinco principales exportadores de capitales ilícitos, en los últimos diez años son: China, Rusia, México, India y Malasia.
El informe del GFI realiza una serie de recomendaciones a los líderes mundiales para frenar la opacidad en el sistema financiero global y combatir los paraísos fiscales, las compañías anónimas, y las técnicas de lavado de dinero .
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