Los indicadores sobre brecha salarial, equidad y desigualdad parecen abandonados por las iniciativas de RSE (y atención: determinarán el formato de las memorias de sostenibilidad o balances sociales, que luego serán valorados por las iniciativas de compra pública responsable y cláusulas sociales).
Sin embargo, existe alguna esperanza para el control salarial, incluso en el mundo financiero, donde no todo es homogéneo.
No todo son fondos buitre o maximización del beneficio a toda costa, aunque la impresión es que estos van ganando la batalla. Siempre hemos destacado que existen fondos que operan con otros criterios. Merece la pena destacar dos casos de fondos de inversión que han aparecido en la prensa en estos días, y que parece que sí están teniendo en cuenta las escandalosas retribuciones de los gestores de las empresas. Uno de ellos es el Fondo Noruego de Pensiones, el mayor fondo soberano del mundo, que incrementará su activismo sobre los sueldos de los directivos de las empresas en las que invierte.
El Fondo Noruego de Pensiones -fondo global del que se nutren todas las pensiones de la población de Noruega- publicó en marzo pasado el informe de su Consejo Ético (descarga, en inglés). El Informe Anual incluye breves artículos sobre temas específicos de interés para la labor del Consejo, tales como la evaluación de las empresas productoras de armas nucleares, los riesgos de corrupción, daños al medio ambiente o la violación de los derechos de los trabajadores. El informe también incluye un resumen de todas las recomendaciones del Consejo a Banco de Noruega publicadas en el año 2015. Hace años la federación de CCOO presentó en España al Consejo Ético del Fondo Noruego como ejemplo de inclusión de criterios sociales en las inversiones, y no sólo para el capital de los trabajadores, sino como ejemplo para el funcionamiento de toda la economía. Pueden ver aquí la presentación que nos hizo Eli Lund, directora del Secretariado del Consejo Ético y algunos detalles de cómo funciona el fondo.
Otro es el fondo TCI, uno de los más activos de Europa, y propietario del 11% de AENA, que ha tomado cartas en el asunto de los sueldos de la cúpula de Volkswagen (recordar que a pesar del caso Dieselgate, 62 millones se repartieron entre los 12 miembros del Consejo de Administración el año pasado).
Todo esto es parte de nuestro plan de acción sobre ISR-Capital de los Trabajadores (CWC). No nos cansamos de repetirlo: ésta es la crisis de los incentivos perversos y la austeridad (¿qué austeridad?) que ha estado enfocada al lado contrario al que se debería haber actuado. Proyecto #RSequidad.
Imagen: Money in hands, stockvault
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