- “El convertirse en una empresa carbono neutral, le permite a los empresarios alcanzar mayores niveles de productividad.
- En el transcurso de los próximos años, las oportunidades de negocios favorecerán a quienes sean capaces de demostrar un compromiso real con la sostenibilidad y la descarbonización de la economía.
- Quienes no asuman este compromiso quedarán a merced de sus competidores.
La productividad es la relación que existe entre la producción generada por una empresa y los recursos utilizados para generarla. Por ende, para sobrevivir y triunfar en el mercado, el incremento en la productividad debe ser prioridad en toda empresa o negocio, ya que esto es lo que permite generar la mayor cantidad de ingresos, crecimiento y posicionamiento, utilizando los recursos de la manera más eficiente.
A nivel país, un incremento general en la productividad implica mayor producto interno, mejores niveles de ganancias, y menor consumo de recursos externos; todo lo cual repercute en el nivel general de salarios para los trabajadores, y en mayor rentabilidad en la inversión para los empresarios. Una mayor productividad nacional incentiva la inversión, así como un mayor incremento en las variables de empleo y crecimiento de la economía.
Mejorar la productividad de una empresa no es cosa fácil, especialmente en industrias maduras; no obstante, sí es posible lograrlo cuando existen apertura al cambio y la creatividad necesarias para implementar nuevas estrategias. El unirse a la lucha contra el cambio climático, y en particular convertirse en una empresa carbono neutral, le permite a los empresarios alcanzar mayores niveles de productividad. Esto siempre y cuando el compromiso sea real, y sostenible en el largo plazo.
En el lado de ingresos de la ecuación podemos afirmar que la implementación de la Política Nacional de Compras Públicas Sustentables ha generado una oportunidad mayúscula para aquellas empresas, comprometidas con el ambiente, que quieran tener una ventaja competitiva en licitaciones públicas; ya que quienes cuentan con una declaratoria o certificación de carbono neutralidad se encuentran en una posición ideal para demostrar su compromiso ambiental, y obtener los puntos en materia ambiental que se otorgan en los carteles. Esto les permite tener mayor éxito en el mercado de licitaciones. Esta condición objetiva aplica siempre y cuando el producto, que la empresa ofrece al Estado, cumpla con las normas de calidad y servicio demandadas en el cartel.
Nuevas oportunidades también están surgiendo en el sector privado. Los grandes compradores locales, y las multinacionales, se están moviendo hacia la creación de cadenas de valor sostenibles; por lo que la solicitud a los suplidores de que “hagan algo por el ambiente” está siendo sustituida por requisitos ambientales formales en la forma de declaratorias, certificaciones, etc. Esta tendencia también es palpable en el mercado internacional. Gracias a la firma del Acuerdo de París se espera que a partir del 2020 los compradores internacionales, en Latinoamérica, Canadá, Europa y Asia, demanden certificaciones y declaratorias ambientales de sus proveedores en la región; ello debido al compromiso global de moverse hacia una economía sostenible y baja en carbono.
En el mercado de productos de consumo están surgiendo grandes oportunidades. Según estudios realizados en el país, el consumidor costarricense demanda y espera un compromiso ambiental real de las empresas nacionales, y está dispuesto a premiar con su preferencia a quienes así lo demuestren. Las empresas que han logrado posicionar sus productos como sostenibles, orgánicos, o que se posicionan a sí mismas como carbono neutrales, y que han hecho el esfuerzo de darlo a conocer al mercado, pueden atestiguar los efectos de dicha decisión sobre sus ventas.
A las empresas que dependen de su imagen para el éxito, particularmente aquellas que dependen del consumo masivo para generar ventas, la condición de empresa carbono neutro les permite posicionarse mejor con sus consumidores y diferenciarse de la competencia. Esta estrategia de posicionamiento es sumamente importante si se toma en cuenta que hoy día más de 80 de cada 100 consumidores en mercados emergentes, a nivel mundial, demandan o prefieren productos y servicios de empresas que demuestran ser amigables con el ambiente, y que les permiten actuar como consumidores responsables. Según se desprende de la Encuesta de Ambiente y Cambio Climático PNUD/ UCR 2014, el Tico es un consumidor consciente, que está listo para premiar con su consumo a las empresas que demuestran un compromiso ambiental real.
Ante todo lo anterior, es posible afirmar que en el transcurso de los próximos años, las oportunidades de negocios favorecerán a quienes sean capaces de demostrar un compromiso real con la sostenibilidad y la descarbonización de la economía. Quienes no asuman este compromiso quedarán a merced de sus competidores.
Del otro lado de la ecuación de productividad, costos y gastos, la situación tiende a ser específica a cada empresa. Por ejemplo, las empresas de alta huella que implementan planes de mitigación de largo plazo tienden a beneficiarse por la sustitución de tecnologías que les permiten reducir su huella, aumentar la producción o reducir costos; esto es posible siempre que dichas inversiones sean planificadas con ese objetivo en mente. El forzar cambios tecnológicos a golpe de tambor, sin pensar en las repercusiones sobre la productividad y finanzas de la organización, tiende a ser contraproducente.
Uno de los aspectos más interesantes del proceso de carbono neutralidad es que durante la medición de la huella surgen a la luz las ineficiencias de la organización en materia energética y de consumo. Es en esta etapa en donde se identifican excesos en el consumo de combustibles, gases y electricidad para transporte, climatización y operaciones. Dependiendo del giro de negocio de la empresa o industria existen otras áreas en las que se pueden identificar excesos o ineficiencias durante el proceso. La identificación de este tipo de comportamiento lleva a la toma de decisiones con respecto al manejo de la eficiencia de estas líneas de gasto, y por ende a grandes ahorros. Si bien los programas de carbono neutralidad no tienen por función inmiscuirse en la efi – ciencia operativa de las empresas, el hecho de que a través de la determinación de la huella de carbono sea posible identificar estas ineficiencias, le permite al cuerpo gerencial contar con un indicador de eficiencia en el manejo de los rubros que más contribuyen a su huella de carbono. Así, una reducción de la huella, ceteris paribus, traerá consigo mayor eficiencia y ahorro en consumo, y viceversa.
Existen otros beneficios asociados al estatus de empresa carbono neutro que tienden a impactar la productividad, pero que dependen del tipo y características de la empresa, de su cultura y su mercado, entre ellas se encuentran; un incremento en la moral de los empleados, implementación de una cultura de bajo desperdicio, mayor facilidad para la contratación de personal de calidad, aumento en la credibilidad corporativa delante de clientes, suplidores y la sociedad en general, etc. En términos generales entre mayor sea el compromiso con el proceso, mayores los beneficios en productividad que se pueden cosechar.
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