La crisis económica ha puesto en entredicho los modelos productivos vigentes desde la última parte del siglo XX. De ahí que en la actualidad tengamos presentes palabras tales como innovación, impacto social, transferencia de conocimiento o tercer sector. En la actualidad, modelos de negocio como la economía social y los emprendedores sociales están logrando una fuerte expansión a la par que el tercer sector en general. Lo cierto es que este auge está siendo promovido por colectivos de la sociedad civil, reafirmando los principios democráticos a través de la participación de los stakeholders, procurando un bienestar general y utilizando el recurso de la economía de mercado para realizar sus finalidades sociales y no para maximizar el beneficio empresarial (Quintão, 2007).
El agravamiento de problemas tradicionales como la pobreza, la desigualdad y en general las llamadas cuestiones sociales, que la crisis económica ha empeorado, han provocado el desarrollo de la economía social como respuesta a situaciones que se producen a nivel local en su mayoría. Ante tal situación,
Las investigaciones en esta materia han demostrado que las bases de la economía social se nutren de los emprendedores. Pero, ¿qué es exactamente un emprendedor?
Partiremos del siguiente concepto, “un emprendedor es quien descubre, evalúa y explota oportunidades rentables, teniendo en cuenta el riesgo, estando alerta para ver las oportunidades y teniendo una necesidad por la innovación” (Roberts & Woods, 2005, p. 46). Por tanto, tal como dice la red de emprendedores sociales, emprender es una actividad productiva. Y hay que tener en cuenta que las actividades productivas que no terminan generando empleo para otras personas terminan siendo sólo un emprendimiento de autoempleo.
El fomento del espíritu emprendedor y la canalización del mismo hacia empresas de economía social, ha de ir parejo a un conocimiento mayor de los emprendedores en general y de los emprendedores sociales en particular, que son aquellos que más acuden al tercer sector. Recurriendo a diferentes definiciones de emprendimiento social, nos encontramos como recurrentes cuatro elementos: i) la referencia a la búsqueda de soluciones a problemas sociales; ii) creación de valor social; iii) cambio social y iv) uso de herramientas y gestión empresarial. Por tanto, el emprendedor social identifica oportunidades que se presentan a sí mismas como problemas que requieren soluciones y se esfuerza por crear emprendimientos para resolverlos (Sullivan, 2007). Esta definición no debe llevar a equívocos, un emprendedor social ayuda a resolver problemas sociales pero a la vez debe ser rentable económicamente.
Por tanto, como destaca el centro de iniciativas emprendedoras de la Universidad Autónoma de Madrid (CIADE, 2015), el emprendedor social, es ante todo, un líder social, que combina innovación, captación de fondos y oportunidad, que se centra en la creación de valor social, que se expone a un riesgo personal y político frente al riesgo económico del emprendedor convencional y que es capaz de gestionar una compleja red de relaciones, de trabajar con recursos humanos muy heterogéneos, de ser multifuncional en su organización y muy eficiente en la gestión de recursos extraordinariamente escasos y de carácter temporal.
Según Reis y Clohesy (2001, p. 116), «el emprendimiento social está fuertemente influenciado por el deseo del cambio social y de sostenibilidad de la organización y los servicios sociales que presta».
A modo de resumen las principales características que debe poseer un emprendedor social serían:
-Ha de ser un líder
-Ha de captar necesidades sociales
-Ha de tener la capacidad para identificar, evaluar y explotar oportunidades
-Ha de tener una aversión al riesgo por debajo de la mediaHa de tener capacidad para resolver problemas con escasos recursos
-Ha de realizar propuestas innovadoras (creatividad)Ha de desarrollar relaciones de colaboración
-Ha de desafiar modos de pensamiento tradicionales
-Ha de crear valor social
Por tanto, una vez que hemos visto cómo la crisis económica ha provocado un auge de la economía social, cómo ésta se nutre de emprendedores y cómo entre éstos últimos destacan los emprendedores sociales como agentes de cambio que responden a las ineficiencias del mercado con innovaciones sostenibles (Wolk, 2008).
¿Cuáles son las diferencias entre un emprendedor y un emprendedor social?, ¿cómo identifico a un emprendedor social?, ¿cuáles son sus objetivos?, ¿qué ventajas tiene?
DIFERENCIAS ENTRE UN EMPRENDEDOR TRADICIONAL Y UN EMPRENDEDOR SOCIAL
Para Gabriel García, autor del libro “Los emprendedores y la recuperación económica”, «el emprendedor social es un empresario que crea un negocio por vocación para cubrir unas necesidades sociales, y que tendrá que prestar atención a la viabilidad del negocio para garantizar su continuidad» . Por tanto encontramos la primera diferencia con un emprendedor tradicional, al formar parte de empresas cuyos fines no son el ánimo de lucro, o al menos no lo son de forma substancial. Para entender mejor esta diferencia, contamos con el ejemplo de la red social HEALTHEYE cuyo objetivo es unir a personas con la misma enfermedad rara, resolver dudas con médicos especialistas, y descubrir todos los recursos disponibles sobre tu enfermedad, es decir su objetivo principal es social y no económico.
En segundo lugar, un emprendedor social suele ser el resultado de un proyecto colectivo y compartido y no del autoempleo como el caso del emprendedor tradicional. Tal es el caso de la cooperativa FEDERÓPTICOS . Trabajar en una cooperativa es optar por un modelo en el que aprendemos constantemente unos de otros, aportando lo mejor de un emprendedor y las ventajas de formar parte de una gran marca. Por tanto, es una opción colaborativa colectiva sin perder la independencia.
En tercer lugar, el emprendedor social compagina el logro de los objetivos económicos y sociales mientras el emprendedor tradicional se centra en los objetivos empresariales. Tal es el caso de GROUND REPORT, web que permite a cualquiera publicar noticias y artículos de opinión, así como vídeo-reportajes. Los ingresos por publicidad y las cuotas de asociados cubren los costes operativos y pagan a sus 4.000 contribuidores globales. Es decir comparte el objetivo social de dar opción a cualquier persona a informar con el objetivo económico de conseguir los ingresos necesarios para cubrir los costes operativos y dar compensación a los colaboradores.
Y por último, el emprendedor social basa su gestión en la participación democrática, mientras que los emprendedores tradicionales no separan la participación en el capital de la toma de decisiones, aglutinando ambas en su persona. Esta última diferencia es muy fácil de ver en GOTEO, red social de financiación colectiva (aportaciones monetarias) y colaboración distribuida (servicios, infraestructuras, microtareas y otros recursos) desde la que impulsar el desarrollo autónomo de iniciativas, creativas e innovadoras, cuyos fines sean de carácter social, cultural, científico, educativo, periodístico, tecnológico o ecológico, que generen nuevas oportunidades para la mejora constante de la sociedad y el enriquecimiento de los bienes y recursos comunes. La participación democrática se puede ver en el desempeño de los miembros de su red. Por un lado existen los agentes impulsores, que cuentan con un modelo de financiación colectiva; por otro los agentes cofinanciadores, que acceden a un amplio banco de proyectos, en los que poder contribuir mediante aportaciones monetarias, a cambio de retornos colectivos y recompensas individuales; por último agentes colaboradores, que participan con recursos, tiempo, energía y/o capacidades.
IDENTIFICACIÓN DE UN EMPRENDEDOR SOCIAL
El investigador Dees (2001) constató que un emprendedor social se identifica como agente de cambio social cuando se cumplen cinco requisitos:
- Se define una misión para crear y mantener valor social
- Se persiguen permanentemente nuevas oportunidades para servir a esa misión
- Se comprometen a un proceso de innovación, adaptación y aprendizaje continuos.
- No se ven paralizados por los límites de los recursos disponibles en un momento dado.
- Muestran una intensa responsabilidad hacia sus stakeholders y por los resultados creados.
Asimismo es importante tener en cuenta la guía práctica del emprendedor social de la Universidad de Salamanca, que habla de cuatro elementos clave:
Liderazgo. No visto como jerarquía sino como servicio a la comunidad, puesta en valor de ideas, en definitiva, ser capaz de llevar la dirección de las actividades que realices.
Visión sistémica. Dado que su actividad comercial va más allá del intercambio de bienes y servicios. Estamos hablando del medio ambiente, la sociedad, el impacto social, económico, etc.
Creatividad. Un emprendedor social busca soluciones creativas, prácticas, diferentes, frente a la escasez de recursos.
Compromiso. Un emprendedor social debe creer en lo que hace, comprometiéndose con la innovación, la adaptación y el aprendizaje continuo. Son empresarios muy involucrados con su idea de negocio, que trabajan con mucha ilusión y motivación.
En definitiva, un emprendedor social adopta una misión hacia la creación de valor social, con elevado sentido de la transparencia, y sin ver como una limitación los escasos recursos con los que cuenta, implementado nuevas formas de hacer las cosas, nuevos productos, nuevas tecnologías, nuevos procesos o nuevos sistemas productivos (Quintão, 2007).
VENTAJAS DE SER UN EMPRENDEDOR SOCIAL
Al dedicarse a resolver necesidades de forma creativa, transforman o cambian la sociedad de una manera social, estando en la vanguardia del sector que ocupen, obteniendo reconocimiento de la comunidad empresarial y de la sociedad para seguir creciendo y evolucionando tanto profesional como personalmente. Por ejemplo, la empresa QUIRKY, una innovadora plataforma que permite conectar a personas de todo el mundo para compartir sus inventos con la comunidad y el equipo de Quirky. Su innovación ha consistido en facilitar la producción a los inventores haciendo desaparecer los problemas de acceso al crédito o la necesidad de ser multidisciplinar.
Otra de las ventajas es que resuelven ineficacias de mercados ya existentes (pensemos en UBER O BLABLACAR, que están resolviendo los problemas de transporte mucho más rápidamente que cualquier medio de transporte tradicional) transformando la vida de muchas personas ayudando a resolver necesidades locales y básicas en su mayoría. Además, el emprendedor social tiene un impacto más allá de la resolución de problemas creando también nuevos mercados o nuevos nichos en mercados ya existentes dando lugar a nuevos puestos de trabajo.
Muy relevante es otra de las ventajas, la relacionada con la satisfacción personal de un trabajo propio, desarrollado de principio a fin, superando retos y obstáculos para obtener resultados fruto de su lucha y dedicación. Con la posibilidad añadida de estos emprendedores que es que sus resultados quedarán para las futuras generaciones. Pensemos por ejemplo en LAZARET , un dispositivo para personas invidentes, que recoge información del entorno mediante una cámara colocada en una gorra o collar y la traduce mediante vibraciones en la espalda de una camiseta adaptada.
Es también importante la autonomía de estos emprendedores, que marcarán el ritmo, las normas, las metodologías a aplicar y los tiempos para las decisiones y acciones dentro de los principios de la responsabilidad y sostenibilidad que deseen para su negocio adaptándose a sus necesidades.
En definitiva, el objetivo de un emprendedor social es resolver problemas sociales para los que nadie ha encontrado respuesta buscando obtener beneficios con el objetivo de reinvertirlos en el propio proyecto, de manera sostenible y, provocando impactos en la sociedad.
Eso sí, tras un emprendedor social, hay más cualidades que en un emprendedor tradicional.
Ha de tener una gran idea, la capacidad para llevarla a cabo, liderazgo, confianza, determinación, compromiso, motivación y habilidades para gestión.
Asimismo, la capacidad innovadora es fundamental, como la orientación al éxito con una clara vocación por objetivos, independencia, baja aversión al riesgo, más creatividad que el resto de empresarios y por último, una mayor facilidad para enfrentar sus retos con menor propensión al estrés y a la inseguridad en situaciones difíciles de predecir.
¿Eres uno de ellos?
REFERENCIAS
CIADE.-Centro de Iniciativas Emprendedoras de la Universidad Autónoma de Madrid:página web. [en linea]: [Fecha de consulta: 04 de abril de 2015] Disponible en http://www.ciade.org/6-1/6-1-1.
Dees, G. (2001). The meaning of social entrepreneurship. Documento de trabajo del Center for the Advancement of Social Entrepreneurship, http://www.caseatduke.org/documents/dees_sedef.pdf.
Quintão, Carlota (2007). Empresas de inserción y empresas sociales en Europa. CIRIEC-España, Revista de Economía Pública, Social y Cooperativa [en linea]: [Fecha de consulta: 10 de abril de 2015] Disponible en:<http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=17405903> ISSN 0213-8093
García, G. (2014). Los emprendedores y la recuperación económica: Cómo desarrollar y financiar más proyectos empresariales con éxito. Projectem Comunicació; Edición: 1
Guía práctica del emprendedor social de la Universidad de Salamanca [en linea]: [Fecha de consulta: 06 de abril de 2015] Disponible en http://emprende.usal.es/esyc/index.html
Morales-Gutiérrez, A.C.; Ariza-Montes J.A.; Muñiz, N. M. (2012). El emprendedor social y el «E-empowerment» de las redes virtuales. CIRIEC – España. Revista de economía pública, social y cooperativa, 153-178.
Reis, T.; Clohesy, S. (2001). Unleashing new resources and entrepreneurship for the common good: A philanthropic renaissance. New Directions for Philanthropic Fundraising, 2001 (32), 109-144.
Roberts, D. y Woods, C. (2005). Changing the world on a shoestring: The concept of social entrepreneurship.University of Auckland Business Review, 7 (1), 45-51.
Sullivan, D. (2007, febrero). Stimulating Social Entrepreneurship: Can Support From Cities Make a Difference?.Academy of Management Perspectives, 21 (1), 77-78.
Wolk, A (2008). Advancing social entrepreneurship, Massachusetts: Root Cause.
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